"Procesos de reducción y fragmentación de hábitats, reducción de poblaciones animales, contaminación y variación de características de los ecosistemas, en un contexto de aumento de la temperatura global son los verdaderos problemas", analizó el doctor en Biología Enrique Derlindati, en diálogo con Nuevo Diario.
El biólogo precisó que "Desde 2003, los virus de la influenza aviar ha sido identificada como un problema sanitario-ambiental a escala global. Las aves acuáticas silvestres son el reservorio natural de los virus de la influenza. Los subtipos H5 y H7 pueden adquirir patogenicidad para las galliformes (por ejemplo, pollos domésticos) con porcentajes de mortalidad variables. Desde el 2003, la influenza aviar ha sido identificada en al menos 11 de los 27 órdenes de aves (41%), incluidos Charadriiformes (gaviotas y playeros), Ciconiiformes (cigüeñas, garzas, flamencos y garcetas), Columbiformes (palomas), Falconiformes (águilas, milanos y buitres), Gruiformes (grullas), Passeriformes (paseriformes), Pelecaniformes (pelícanos y cormoranes), Psittaciformes (loros y periquitos) y Strigiformes (búhos)".
Si bien hoy el foco está puesto en la industria avícola, Derlindati advirtió que: “Las enfermedades son procesos necesarios y frecuentes en las poblaciones silvestres, son elementos que regulan las poblaciones y activan procesos evolutivos importantes (individuos con resistencia al virus por ejemplo). De hecho es frecuente encontrar organismos asintomáticos. Entonces, si es un proceso “natural” no habría problemas” dijo y advirtió: “el ser humano es la variable de ajuste, ya que puede llevar en pocos años a una especie abundante a unos números más chicos y potenciar los efectos de una enfermedad. El virus no es el problema, la forma en que estamos deteriorando el ambiente lo es”.
De este modo, el especialista en conservación del ambiente y docente de la UNSa sostuvo: “que el panorama es difícil de predecir en cuanto a las consecuencias” y ejemplificó: “en poblaciones grandes y con una amplia distribución no sería grave para esa población, pero estas servirían como medio de propagación de la enfermedad, incluso a grandes distancias como es el caso de aves migratorias. Por otro lado, especies con poblaciones pequeñas, con una distribución muy restringida el problema es mayor. Si además esta enfermedad se expresa con una tasa de mortalidad alta, el resultado puede ser catastrófico”.
La mira puesta en productores
Desde el ministerio de Producción se enfatizó la importancia de sensibilizar a los pequeños criadores traspatio, que están más vulnerables ante la enfermedad.
La recomendación es encerrar las aves en un corral, utilizando vallas para que no tengan contacto con aves silvestres. Además es importante prestar atención a las fuentes de agua potable de las aves, para asegurarse de que no estén contaminadas con material fecal o plumas. Deben denunciar si detectan aves muertas o con sintomatología compatible con influenza aviar, concurriendo a cualquiera de sus oficinas.
Trabajan en el control de la propagación
Luego de que el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) confirmara un caso de influenza aviar H5 en el camino a La Isla, departamento de Cerrillos, en una gallina de traspatio, se reunió nuevamente la mesa de trabajo provincial para definir medidas a ejecutar.
Este comité se mantendrá trabajando en forma diaria, exponiendo los resultados de las acciones de cada uno de los organismos que lo integran.
La mesa está conformada por referentes de SENASA y funcionarios de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Desarrollo Agropecuario, del Ministerio de Salud, Policía Rural y Ambiental, Gendarmería Nacional Agrupación VII, INTA.
Desde el organismo nacional confirmaron que se encuentran trabajando en las zonas donde se realizaron los hallazgos, fortaleciendo los controles de movimiento y traslado de aves y productos avícolas con la colaboración de Gendarmería.
