El decreto N° 333/2017 fue dado a conocer el lunes que pasó. En este instrumento se oficializó la prohibición de importar por cinco años la indumentaria y productos textiles usados, decisión que deja a las ferias americanas (que se extendieron por todo el país), en peligro de desaparecer, o al menos, de reducir los ingresos que se destinan a cada familia que vive de esto.
Mario Pastrana, uno de los feriantes y referentes de la Feria del barrio Morosini, indicó que con la decisión establecida se termina apuntando al “último eslabón” del sistema de la venta de ropa y, por lo tanto, a los más vulnerables.
Indicó que en la Feria en la que se desempeña hay al menos unas 150 familias que se sustentan con la venta de ropa usada.
A este panorama se suma que, ante la situación de desempleo que afecta a la provincia, ingresaron otros feriantes buscando un ingreso para poder sobrevivir.
Pastrana recordó que desde hace “20 años que estamos en la misma discusión”. Y es que indicó que desde la década del 90 que se quiere erradicar las ferias y existía el compromiso del gobierno de generar una solución.
“Fuimos los primeros en presentar un proyecto de reconversión en 2009. No hubiésemos tenido este problema si el gobierno hubiese cumplido”, dijo Pastrana al indicar que quienes se desempeñaban en la feria habían propuesto como alternativa de reconversión la puesta en marcha de una fábrica textil.
“Hemos invertido muchísimo tiempo y no estaríamos teniendo el problema si hubiesen cumplido. Cuando lo pidieron liberamos los espacios públicos”, sostuvo.
Aseguró por otra parte, que las capacitaciones se hicieron y que quienes trabajan en las ferias están listos para la reconversión, pero sucede que falta el presupuesto y la voluntad de otorgar los recursos de producción que en su momento había comprometido la provincia.
“Creemos en el diálogo. Pero vamos a estar alertas ante cualquier embate en nuestra contra”, advirtió al indicar que están dispuestos a movilizarse.