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Indicó que no quiere abandonar su comunidad como ya lo hizo la mitad del pueblo que migró hacia zonas más altas e inclusive los criollos que residen en Santa María, "porque hay que cuidar a los ancianos y enfermos y no tiene dónde guarecer a sus niños".
"Seguimos en nuestras casas, el agua no llega porque estamos protegidos por los anillos. El temor que tenemos es que si se rompe la defensa vamos a estar mal. Gracias a Dios la ruta todavía está bien y podemos ir hasta Santa Victoria o Tartagal, pero no podemos entrar al monte a buscar leña porque está lleno de agua", contó.
Afirmó que "no nos queremos ir porque no sabemos dónde vamos a poner a los niños. Cuando vamos a la parte alta es difícil por el calor y no tenemos lugar donde dejar a los chicos y las únicas cositas que tenemos. Si se rompe la defensa agarramos el documento y dejamos las cosas".
La dirigente se mostró preocupada por la ausencia del servicio de enfermería en el centro de salud durante las noches. "Si nos pasa algo de noche no tenemos dónde recurrir", aseguró.
Un poco de tranquilidad
En tanto, el diputado de Rivadavia, Moisés Balderrama, informó a Nuevo Diario que hay un poco de tranquilidad en la zona debido a la bajante del río en Villamontes- Bolivia-, aunque en la zona boliviana continúa la alerta meteorológica.
"En Misión La Paz, tenemos 6,63 de cota del río. En la ruta 54 entre Santa María y Curvita Nueva el agua está a medio metro de la cinta asfáltica y hay que circular con precaución", dijo.
La situación más crítica se vive en Monte Carmelo, dónde no se puede ingresar por vía terrestre. Efectivos policiales intentaron llegar con gomones. "Lo mismo sucedió en Santa María dónde la gente la peleó anoche reforzando las defensas con bolsas de arena", relató.
Informó que se entregaron bolsas en Hito 1, Puntana y Santa María para reforzar las defensas.