Fue en el marco de un hábeas corpus correctivo colectivo presentado por el letrado en representación de la organización de derechos humanos Encuentro Memoria Verdad y Justicia.
Ayer Leiva fue convocado al Juzgado de Garantías en Feria para que ratificara su presentación y se dio con la novedad de que se estaba haciendo una inspección en la Comisaría 25, que junto a la Comisaría 24, está comprendida en el hábeas planteado por el abogado. “Impresiona el lugar donde están los presos.
Es una celda de 2 metros por 3 como mucho. Tienen una construcción de cemento que oficia de cama. Había (en el momento de la inspección) 8 detenidos y un enfermo que lo habían sacado afuera y con ese eran 9”, contó Leiva a Nuevo Diario.
Sobre este último preso dijo que “está muy enfermo, no le llevan ni la comida” recomendada por el médico. El abogado contó que los 8 detenidos ponen colchas en los pisos, para suplir la falta de colchones, porque sólo cuentan con dos “de gomaespuma, finitos, de 3 centímetros, (a lo sumo) 4, de ancho”. Además, “como ellos lavan la ropa y la cuelgan en la propia celda, están todos húmedos los colchones”.
A esto se suma que “el baño es de 1 metro por 2, sin puertas, adentro de la celda. Es una letrina. Y ellos cargan (agua) en un balde, en un cañito que hay cerca del piso para limpiar, sin jabón” ni ningún otro elemento de limpieza.
Por esta situación dijo que “todos los presos tienen hongos”, en todo el cuerpo, incluido los genitales. Además, tienen múltiples cortes y, por trascendidos, se sabe que los abusos sexuales y agresiones físicas son habituales. En la Comisaría no hay Enfermería. La celda no tiene luz, ni ventilador (un dato que no es menor en una ciudad donde la temperatura llega fácilmente a los 40 grados), ni duchas. Tampoco hay recreación.
“No los sacan ni al patio, eso lo contó el propio cabo de guardia. Los tienen encerrados y no pueden caminar tampoco”, sostuvo Leiva. Dijo que, tal como lo planteó en su presentación, en la celda llegaron a estar 14 detenidos “sin ningún tipo de actividad física, no los sacan ni a caminar al patio que está ahí, dicen que ese patio no tiene condiciones”.
El más antiguo de los detenidos visitados ayer lleva ya cinco meses de encierro, “sin salir”. “Es una tortura”, sostuvo Leiva, para quien, antes de ser designados los fiscales deberían ser sometidos a una práctica de una semana dentro de esas Comisarías, “para que sepan” porque “más allá de que (a los presos) les tengan que dar 25 años por los delitos que han cometido, son personas” y como tal merecen un trato digno.
La inspección judicial también determinó que la comida, que envían desde la cárcel, llega entre las 15 y 16, y las 22:30, siempre fría. Además, se supo que la mayoría de los detenidos tiene asistencia de los defensores oficiales, “que no van nunca” a pesar de que “se cansan de llamarlos. Es totalmente degradante".
Eso que dice la Constitución de que las cárceles serán sanas y limpias para seguridad y no para castigo, no se cumple”, sostuvo Leiva, quien insistió en que el lugar de detención en la Comisaría 25 “es un sucucho con el baño abierto adentro de la celda”, sin desinfección desde hace más de tres meses, con cucarachas, hormigas, arañas.