El médico ex funcionario continuó sobre su versión de haber sido apartado por motivos políticos a través del diálogo con FM Noticias (88.1), luego de conocerse el fin de semana la noticia sobre el traslado de los equipos de Rayos X del hospital de Embarcación al de Tartagal, teniendo en cuenta que el Juan Domingo Perón se encontraba desde hace tiempo sin este aparato.
Payo explicó que cuando dejó la gerencia se estaba a la espera de estos aparatos para cirugías y controles. "Es probable que haya sido una movilización transitoria para después devolverlo a su lugar de origen. No creo que se vaya a desmantelar un hospital para vestir a otro", declaró el doctor
Luego remarcó: "Desde que no está Santiago Payo en el hospital apareció todo lo que se me negaba. Hice lo que pude para mantener el hospital y llevarlo adelante como lo hice, brindando atención como correspondía a toda la comunidad".
Además, reveló que le pidieron que expulsara al personal del hospital, pero que cuando lo sacaron tomaron a todos los trabajadores. "Sin dudas era el objetivo del Ministro (Esteban), son decisiones políticas", sentenció en sintonía a lo que fueron sus declaraciones iniciales, al dar un paso al costado del cargo que ocupó hasta hace dos semanas.
Cabe recordar que el conflicto inició luego de una protesta de más de setenta trabajadores en condición de contratados temporales, que solicitaban el pase a planta permanente. La situación terminó develando una problemática de fondo en torno a la imposibilidad de la gerencia hospitalaria de cumplir con las deudas, propias y heredadas.
La situación cobró otros ribetes, cuando el propio Santiago Payo llamó a conferencia de prensa para poner en conocimiento la crítica situación económica del hospital, para luego presentar la renuncia, no sin antes la respuesta del Ministerio de Salud, que desembarcó a Tartagal para auditar la contabilidad del Juan Domingo Perón.
Lo que siguió fueron cruces entre el ex gerente que exigía un desagravio por parte del Ministro de Salud, y el titular de la cartera, intentando minimizar las aguas.
Lo cierto es que, a quince días de lo sucedido, con nuevas autoridades y ninguna repercusión ni detalle alguno de la auditoría en cuestión, las aguas continúan agitándose.
