El ministro italiano de Exteriores, Paolo Gentiloni, aceptó ayer el nombramiento de primer ministro tras la dimisión de Matteo Renzi y aseguró que tratará de poner en marcha con brevedad una nueva ley electoral que permita celebrar comicios.
Uno de los hombres más fieles a Renzi durante su Ejecutivo, Gentiloni (62 años) deberá ahora hacerse cargo del nuevo Gobierno después de que el político florentino renunciara por el rechazo de los italianos a su reforma constitucional el pasado 4 de diciembre.
Gentiloni, presentó hoy lunes su gabinete, formado en su mayoría por ministros del ejecutivo del dimisionario Matteo Renzi, una apuesta por la continuidad.
El nuevo gabinete recibió este mismo lunes su investidura y entre el martes y miércoles el gobierno deberá obtener el voto de confianza del Parlamento, de manera de poder representar legítimamente a Italia el jueves en el Consejo Europeo de Bruselas con todos los líderes europeos.
Dudas sobre su duración
Se trata de una de las crisis más cortas de la historia de la República italiana, aunque nadie se atreve a estimar la duración del gobierno presidido por el ex canciller de Renzi.
El nuevo gobierno, que las diferentes fuerzas de oposición califican como una "fotocopia" de Matteo Renzi, nombró como ministro de Relaciones Exteriores, al ministro del Interior saliente, Angelino Alfano, líder del Nuevo Centro Derecha.
Una designación que confirma la línea política de Italia contra el cierre de fronteras en Europa a los refugiados que huyen de guerra y conflictos. Gentiloni, político moderado, abierto al diálogo y hombre leal, confirmó en la cartera de Economía a Pier Carlo Padoan.
Los problemas que deberá enfrentar
El economista, que sonaba también para el cargo de primer ministro, deberá capear uno de los problemas más delicados, el riesgo de bancarrota por préstamos dudosos del tercer banco del país, Monte dei Paschi di Siena, lo que podría desencadenar una crisis del sistema bancario nacional.
Igualmente fueron confirmados Roberta Pinotti para la Defensa, Giuliano Poletti en Trabajo, Dario Franceschini en Cultura, Beatrice Lorenzini en Salud y a Andrea Orlando en Justicia.
Maria Elena Boschi, una de las responsables del fracaso del referéndum constitucional, entre las personas más cercanas a Renzi, deja su ministerio para las Reformas y pasa a un cargo aún más estratégico: la Subsecretaria de la Presidencia del Consejo de Ministros.
Gentiloni creó además un ministerio nuevo, a cargo del economista Claudio de Vincenti, para ocuparse de la Cohesión Territorial y del llamado "Mezzogiorno", el sur de Italia, la región más olvidada del país, cuyo voto de protesta fue decisivo para el fracaso del referéndum.