Explicaron que, con el sistema mixto -que actualmente rige en todo el país, menos en Salta y Jujuy-, esta situación no representaba ningún riesgo, ya que con la extensión del proceso los delitos terminaban prescribiendo. Sostuvieron que, en el marco del sistema acusatorio, ello cambió rotundamente y pusieron a las autoridades partidarias, incluso a un exgobernador y a otras figuras fuertes en el orden político, al borde de una investigación penal, en la cual la mayor preocupación de las personas investigadas fue la posibilidad de aplicación de una pena de “inhabilitación”.
El juez y el fiscal explicaron que esa circunstancia llevó a los responsables a cambiar de postura y a mostrarse proactivos en la resolución del conflicto. “Para ello, nos volcamos por la conciliación como la figura más adecuada para resolver el conflicto”, a lo cual “sumamos que sean los propios partidos los que presenten un proyecto de normalización, suficiente para que la irregularidad no se repita”, indicaron.
El juez Bavio ratificó el éxito que tuvo esta salida alternativa. “Tuvo un efecto disuasivo, pues ahora los partidos se preocupan de sus cuentas”, dijo. Añadió que muchos partidos beneficiaron a la comunidad con donaciones y horas de trabajo.
El magistrado destacó, en esa tarea, el rol protagónico del fiscal, al igual que de la defensa y de la Oficina Judicial, como también de los mismos imputados, que se presentaron a las audiencias, algo que -dijo- podía resultar impensado, dado la trayectoria política de algunos de ellos. “Se percataron de que el sistema los alcanzaba y que ya no eran intocables”, dijo el fiscal Federico Zurueta, de la Unidad Fiscal de Jujuy.
