Mañana, 27 de febrero, dará inicio el primer juicio de lesa humanidad en Salta del año 2024. Los acusados con Joaquín Guil, que ya cuenta con varias condenas, y Carlos Feliciano Estrada por privación ilegítima de la libertad agravada por el empleo de violencia y amenazas y por su duración superior a un mes; imposición de tormentos agravados por ser la víctima un perseguido político
La víctima es Ricardo Cuadri, quien se desempeñó como secretario Privado del Ministerio de Gobierno de Enrique Pfister Frías durante el gobierno de Miguel Ragone.
Tras el inicio del golpe de Estado, Cuadri fue perseguido político y detenido durante un allanamiento en su domicilio, sin orden judicial, por personal de la policía de Salta vestidos de civil y armados. El procedimiento estuvo a cargo de Guil.
La víctima fue sometido a torturas con reiteradas sesiones de picana eléctrica y castigo corporal, hasta que fue liberado 26 días después.
Sin embargo, el 8 de septiembre de 1976, volvió a ser detenido sin orden judicial y permaneció en esa calidad durante 68 días, siendo torturado e incluso fue sometido simulacro de fusilamiento.
Se estima que el juicio dure hasta principios del mes de abril, con audiencias todos los martes. Mañana se hará la lectura de las requisitorias, seguidamente habrá declaración de 4 testigos el 5 de marzo y el 12 de marzo declararán otros cuatro testigos.
Los alegatos de la querella están planificados para el 19 de marzo y los del Ministerio Público Fiscal para el 26 de marzo.
El 9 de abril, se estipula se llevarán adelante los alegatos de la defensa, las palabras finales y el veredicto.
El prontuario de Guil
Joaquín Guil ya cuenta con diversas condenadas por delitos de lesa humanidad, entre ellas: prisión perpetua por el secuestro y desaparición del ex gobernador de la provincia Miguel Ragone; por la causa de la masacre de Palomitas; por la Megacausa UNSa que contenía 34 víctimas.
Asimismo, en octubre del 2023 fue condenado a 8 años de prisión por el abuso sexual perpetuado a una mujer en 1975, cometido por policías que se encontraban jerárquicamente bajo su cargo.
A pesar de la larga lista de condenas y crímenes de lesa humanidad, Guil goza del beneficio de la prisión domiciliaria.
