En ese contexto, el ministro precisó que "no existe ningún proyecto" de reforma laboral por parte del Ejecutivo y aclaró que "cualquier cambio que se realice será con el consenso del sector trabajador y del empresario".
Por su parte, desde la CGT dijeron que el gremialismo no va a "permitir" que se lleve a cabo una eventual reforma laboral, al asegurar que la central fabril procurará "sostener" los convenios colectivos de trabajo, la seguridad social y el modelo sindical.
Héctor Daer se refirió a la posibilidad de poner en marcha una reforma laboral y consideró: "No se me ocurre que el Gobierno intente una locura en ese sentido porque sabe que toca a todos". En ese sentido, sostuvo que los problemas en materia de empleo se vinculan "con las dificultades macroeconómicas que tiene el país" y no por "la rigidez laboral y los convenios colectivos". Subrayó que la CGT pretende "poner límites a todo lo que se plantea como alternativas para resolver el tema desde una perspectiva neoliberal".
Desde el oficialismo buscan que el proyecto sea consensuado con la CGT para evitar que sea rechazado en el Congreso. Uno de los objetivos en los que se busca acuerdo es el de incluir una condonación de multas y punitorios para los empleadores que tengan trabajadores no registrados.
Además de un reconocimiento del Estado por los años en los que no se les hicieron aportes a los que estuvieron trabajando en absoluta informalidad. El proyecto de ley se enviaría al Congreso luego del 10 de diciembre, cuando cambie la composición de las Cámaras. También se maneja la posibilidad de que haya un decreto que modifique los Regímenes Especiales de Promoción del Trabajo Registrado.
Desde el ministerio de de Trabajo negaron que se trate de un intento de flexibilizar la legislación laboral. "Esto no tiene nada que ver con una reforma laboral porque no se modificarán los pilares del derecho laboral ni se reformará la ley"