Es la primera titular del FMI en visitar la Argentina en casi 15 años. El último jefe del FMI que visitó la Argentina fue el alemán Horst Köhler en 2003. En su segundo día en la Argentina, la francesa Lagarde se reunió con el Presidente en la Quinta de Olivos. A su arribo al país respaldó las políticas oficiales y recomendó seguir adelante con los cambios que impulsa la alianza gobernante.
La titular del Fondo Monetario Internacional se adelantó a la serie de reuniones del lunes y martes próximos de los presidentes de los bancos centrales y los ministros de economía del G20, y ayer tuvo un cara a cara con el primer mandatario, Mauricio Macri.
Lagarde reiteró el apoyo del Fondo al plan económico de Cambiemos, en una charla en la que también estuvo presente el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne.
Lagarde, quien el jueves se había reunido con Dujovne en la Universidad Di Tella, celebró el modelo vigente desde diciembre de 2015, negó que el Gobierno nacional fuera “gradualista” y afirmó que se “están atacando todos los problemas”, al tiempo que recomendó profundizar el rumbo.
A su arribo Lagarde había aclarado: "no estoy acá para negociar ningún programa de financiamiento". La charla de ayer duró aproximadamente 40 minutos, la economista felicitó al líder del PRO por su "liderazgo en la presidencia Argentina en el G20" que entre el 30 de noviembre y el 1º de diciembre de 2018 se reunirá en la Ciudad de Buenos Aires.
Podría visitar Salta y reunirse con Urtubey
Durante el fin de semana, la titular del FMI, visitará con su marido las Cataratas del Iguazú. Según trascendió, Macri le sugirió también visitar Salta y Jujuy (no se descarta que la visitante sea recibida por el gobernador Juan Manuel Urtubey de concretarse esta última recomendación). Macri aprovechó la oportunidad para celebrar el boom turístico de la Argentina y elogiar las líneas low-cost.
Desde el 2003, hacía casi 15 años que un representante el FMI no venía a la Argentina. En medio de un clima de tensión, el entonces presidente Néstor Kirchner (2003-2007) decidió saldar de una vez toda la deuda con el organismo multilateral, de casi unos 10.000 millones de dólares, y cortó relaciones para evitar la influencia del Fondo en su política económica. También se suspendieron las revisiones de acuerdo al artículo IV del FMI, que sólo se reanudaron en 2016, tras comenzar la era Cambiemos.