Poli dijo que "los cambios sociales y culturales se dan en procesos que demandan tiempos que nos trascienden y se extienden más allá de los períodos de un gobierno y debemos desconfiar de los logros instantáneos".
"Si comenzamos hoy, dentro de 10, 15 o 20 años se verán los frutos; el tiempo no lo podemos someter pero sí continuar unidos por el bien común, y el deber del Estado es cuidar la vida" especialmente "de los pobres y marginados", destacó el cardenal en el Tedeum que se celebró en la Catedral Metropolitana del que participó el presidente Mauricio Macri y ministros del gabinete nacional.
En ese sentido, Poli reclamó atención del Estado hacia los sectores "más débiles" y advirtió sobre "una justicia distributiva largamente esperada".
"Dios está nombrado en el preámbulo de la Constitución Nacional pero nos olvidamos de que existe, que está siempre dispuesto a escucharnos cuando lo invocamos y a protegernos cuando lo necesitamos. Pareciera que lo dejamos al margen de las decisiones, confiamos sólo en nuestra capacidad, en las ecuaciones sin que dominemos todas las variables y nos afirmamos en nuestra corta experiencia sin tener en cuenta la memoria histórica del país que algo tiene que enseñarnos en las horas de prueba", sostuvo Poli.
En este sentido, advirtió que "en los tiempos de crisis y desencuentros entre los argentinos no dominan las fuerzas económicas sino las espirituales", porque si no "cómo podemos explicar que durante más de 200 años el pueblo atravesó con paciencia y virtud laboriosa los momentos oscuros, a veces sobreviviendo a sostenidos periodos de confusión a la carencia de medios básicos y al flagelo de desocupación, dando lugar a los humillantes rostros de la indigencia, paradójicamente en una tierra rica de recursos naturales".
"Este pueblo que todo lo toleró sin perder la esperanza de un mañana mejor confiando en una justicia distributiva largamente esperada. Su lección nos alienta a pensar que nuestra Nación siempre tiene destino", apuntó.
Además, Poli remarcó que "los cambios sociales y culturales se dan en procesos que demandan tiempo que nos trasciende y superan los periodos de gobiernos e incluso de generaciones", por lo que pidió "desconfiar de los logros instantáneos y recetas prometeicas", pero remarcó que "mientras dura ese proceso el primer deber del Estado es cuidar la vida de sus habitantes, especialmente de los débiles, los pequeños, los pobres y marginados y los ancianos marginados".
Sobre el debate del aborto
El cardenal primado de la Argentina y arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, realizó una enfática arenga contra el aborto. En ese marco y cuando ya se ha confirmado el día en que se trataría el proyecto sobre la legalización de la interrupción del embarazo, Poli señaló que “el primer deber de un Estado es cuidar la vida de sus habitantes, especialmente de los más pobres y débiles”.
El cardenal recogió las palabras del Papa Francisco en su homilía por los festejos del 25 de Mayo y se pronunció en contra de la interrupción voluntaria del embarazo, en momentos donde el Congreso argentino discute el tema.
Ante el presidente Mauricio Macri, la primera dama Juliana Awada, la vicepresidenta Gabriela Michetti, el gabinete y las autoridades del Parlamento argentino, Poli recordó que el Santo Padre pidió “defender apasionadamente al inocente que no ha nacido. Honrando los gestos de grandeza de los padres de la Patria, a quien hoy tenemos en la memoria agradecida, decimos que vale toda vida; y ante el bello e inefable don de la concepción, si la propuesta es optar por una u otra, en esta bendita tierra austral apostamos decididamente a que vivan las dos. Para Dios no hay excluidos”, aseguró.