Por José Acho*
Noche de fogón de los trabajadores. Multitud calculada en más o menos 20 o quizás 25 mil personas. Es una recital especial porque es el debut de éste nuevo emprendimiento, según dijo Mario Teruel, al iniciar su tocada.
Los escucho desde sus inicios con trajes de gauchos y luego sin ellos aplaudí su transformación. Es un grupo que no le teme a los desafíos. Me dispongo a verlos con expectativa. No sé ustedes sí estuvieron entre el público; pero como seguidor desde siempre, me sonaron raro. Como si hubiera una desconexión con el coro incorporado, un trío con Santino en el que sobresalen las voces de Jimena Teruel y Ania Banchic.
Me pregunté si me pasaba solo a mí. Miré alrededor de la platea preferencial que también estaba atenta, pero tampoco vi emoción ni ovación. Aplausos respetuosos y una que otra respuesta tibias ante las arengas de Rubén Ehizaguirre o Alvaro Teruel.
Pasaron varias de sus canciones, intenté disfrutarlas, quizás por el esfuerzo algo más remarcado de las dos grandes voces nocheras, sin el apoyo de Kike y Mario juntos y me pregunté si la voz de Kike era tan importante en el conjunto.
Dudé e intenté concentrarme en las voces del trío nochero, pero no pude por una especie de contrapunto de un coro que creo tuvo ganas de hacerse notar. Puede que sea solo un tema de arreglos que necesite arreglarse. Puede que sea un tema de ensamble para que sus temas tengan otra coloratura y se acople a las voces nocheras y los toques de la excelente banda.
No me atrevo a decir que el coro sonó como desafinado porque mi oído no es absoluto, aunque soy un melómano y como periodista musical. Pero advierto arreglos creo no del todo logrados.
Igual, estos es solo el comienzo de un nuevo acto de arrojo nochero. Un nuevo desafío que enfrentan. La calidad de sus voces y toques rupturistas los supe apreciar desde la primera hora en este cuarteto, hoy trío folclórico.
Lo novedoso de esta nueva etapa es incorporar coros en el género folclórico, como en una banda de rock. Lo hizo el Indio Solari con sus Fundamentalistas. No le convencían los coros de sus músicos y agregó a su banda dos buenas voces femeninas para tal fin.
En todo caso es una apreciación a primer oído. La una nueva emoción y ovación puede venir con algunos arreglos y el correr de las escuchas.
*J.A. - Periodista de Cultura y Espectáculos
