"En vez de recordarlo con dolor, lo recordamos con alegría. Fue una persona de mucha fe que llevó a cabo una obra titánica y maravillosa en las comunidades de los cerros de Rosario de Lerma, una zona que era invisible a los ojos del mundo, porque llegar ahí era imposible. Chifri lo recorrió a pie, a lomo de burro, bicicleta, con una carpa para dormir en donde fuera", recordó Carlos Figueroa, vocero de la fundación.
Los alumnos, junto al director de la escuela de El Rosal, Aldo Palacios, recibieron con gran algarabía a la comitiva para rememorar la figura de Chifri. "El director transmitió a los chicos todo lo que fue Chifri y su obra. Cuando llegamos a la escuela estaba adornada con afiches y dibujos de cómo se lo imaginan. Hubo un acto donde nos sorprendieron con recitados, bailes, y coplas dedicadas al padre Chifri", relató Figueroa.
Luego todos se dirigieron a la capilla levantada por Chifri junto a las familias de la zona para rezar. "Allí dio la primer misa después del accidente que tuvo, cuando aún no tenía techo", contó el vocero.
"Despues plantamos un molle, que representa a Chifri, para que los niños nunca se olviden lo que hizo por las comunidades", indicó.
Al pie del árbol se colocó una placa realizada en cerámica y madera con la leyenda “Sembrando los valores del Padre Chifri”. La misma placa se puso en un molle ya plantado en Alfarcito.
"Antes de volver a Salta pasamos a visitar al Padre Chifri por Alfarcito, donde fue enterrado. Ahí estuvimos con Elba Barrios, directora de la escuela primaria y con los chicos", agregó.
Contó que en Alfarcito, Barrios mandó a pintar un mural en honor a Chifri.
Entre las acciones que el sacerdote realizó en la quebrada se destaca la construcción del colegio secundario albergue de montaña de Alfarcito; la organización del Centro de Artesanos, la Fiesta y Feria de la Papa Andina y el comedor en Rosario de Lerma.
