La normativa establece además que se declare el 11 de octubre en todo el territorio del municipio como el "último día libre de los Pueblos Originarios".
En un acto que se llevó a cabo este miércoles en la plaza central de La Caldera, Celina Calisaya, cacique de la comunidad Urkuwasi entregó al intendente Diego Sumbay el emblema que lleva los colores del arco iris plasmados en 49 cuadrados de igual tamaño.
En la ocasión el jefe comunal destacó la importancia de este hecho histórico para la comunidad caldereña, ya que a través de la ordenanza, el municipio como institución acompaña y reconoce a las comunidades a través de su principal emblema.
"La Wiphala simboliza lo que somos, de dónde venimos, nuestra cultura, el respeto a la Madre Tierra y todo lo que en ella habita. En La Caldera tenemos el orgullo y la posibilidad de contar con gente que ha vivido en el campo, que saben lo que es el comunitarismo y transmite su cultura, su saber", expresó Diego Sumbay, intendente de La Caldera.
También remarcó que sería muy positivo que también se pueda transmitir a las nuevas generaciones la lengua materna de los ancestros.
Alentó además a cada uno de los actores sociales de la localidad a seguir trabajando en conjunto para construir una mejor sociedad en el marco del respeto a la diversidad cultural, que se refleja en la wiphala.
A su turno, Calisaya destacó el trabajo que demandó el proyecto de ordenanza que inició en 2.019, cuando las comunidades se embarcaron en la tarea incansablemente de visibilizar a los pueblos originarios, su lucha y reclamos históricos. Aprovechó la oportunidad para agradecer a las autoridades por el trabajo realizado y a los vecinos por el acompañamiento.
Del acto participaron además miembros de las comunidades Kolla Urkuwasi y Comunidad Kolla Condor Waira de Potrero de Castilla, funcionarios municipales, concejales y autoridades de la sociedad civil.
Sobre el símbolo ancestral
La Wiphala es un símbolo que representa a la Pachamama, el cosmos, los animales y a la vida en armonía.
El símbolo es el resultado del cruce de dos arcoíris, arcoíris macho y arcoíris hembra.
Está formada por el rojo, naranja, amarillo, blanco, verde y violeta. Cada uno de estos colores tiene un significado especial.
Si se unen cuatro Wiphalas en un centro común con un determinado alineamiento de colores, se forma la Chakana (Chaka Hanan, Cruz del Sur), puente al mundo espiritual, al Cosmos.
Si bien la Wiphala fue utilizada históricamente por las comunidades andino amazónicas, “posteriormente fue tomada por muchas comunidades indígenas de distinto origen que se sintieron representadas con este emblema de lucha por los derechos de los pueblos originarios, hasta llegar a todas las comunidades indígenas del Abya Yala (América)”, afirman los amautas.
Historiadores ubican el origen de la Wiphala en comunidades del Lago Titicaca, límite entre Bolivia y Perú.
