El local tuvo unos primeros 15 minutos arrolladores: apretó al Xeneize con las revoluciones al máximo. Se recuperaba rápido y atacaba con mucha gente. Fue así que las más claras estuvieron en los pies de González Pirez -la tiró por arriba debajo del arco-, Herrera -en una jugada preparada- y Colidio, quien bajó la pelota, giró de espalda y sacó un cachetazo que terminó impactando en el palo izquierdo de Romero. Todo en un solo movimiento.
El susto provocó la reacción de un Boca que se serenó, empezó a manejar la pelota y más allá de carecer de peligro, generó algunas aproximaciones, como un zurdazo de Zenón desde larga distancia o el cabezazo exigido por Merentiel. Eso sí, se esperaba un poco más de Cavani en su vuelta a la titularidad. Y es que se lo vio con algunos despliegues, recuperaciones en la mitad de la cancha y poco contacto con la pelota.
El comienzo del segundo tiempo fue la contracara del primero, ya que decantó mucho la imprecisión. Hasta que a los 3 minutos Solari, desató la locura en el Monumental con su gol para el 1-0. La dejó corta Advíncula y Enzo Díaz metió un pelotazo largo entre los centrales de Boca para que Solari gane en velocidad y defina dos veces en el mano a mano, una a los pies de Chiquito y la otra a la red.
A partir de ese momento River se agrandó y buscó el segundo ante el desconcierto de Boca, ya con el ingreso de Borja. No pudo Barco ni el propio Borja. Sí lo hizo Cristian Medina, cuando la visita empujaba poco a poco en búsqueda del empate. Buena jugada de Blanco por izquierda, centro atrás y el mediocampista, solo tuvo que empujarla al gol.
