Rúcula y Chirimoya son dos condes vegetarianos que hace 19 años se vinieron a vivir a Salta para integrarse a la Orquesta Sinfónica. Aman a Beethoven y se tranquilizan escuchando Mozart, les gusta jugar con los chicos como si fueran investigadores de misterios y tienen una gran vocación docente.
Durante el espectáculo, guían a los asistentes en una experiencia sonora inolvidable, transmitiéndoles su pasión por la música clásica. Se puede disfrutar del sonido de la Traviata y fragmentos de piezas célebres como la Sinfonía Do de Bizet, la Sinfonía Nº 40 de Mozart, y Tannhauser de Wagner, entre otros.
El público entiende el tempo orquestal, las texturas musicales y las polifonías. Y termina bailando al ritmo de los arreglos orquestales de música de película y piezas de Juan Luis Guerra, Los Beatles, y Chacho Echenique.
El espectáculo está dirigido por la maestra asistente de la Sinfónica Yeny Delgado, con las actuaciones de Emilio Lépez, Gabriela del Cid y Cristina Altobelli. Los arreglos están a cargo de Fernando Giménez, clarinetista de la agrupación.