Según lo indicó el secretario municipal de La Caldera, Diego León, a Nuevo Diario, la Municipalidad no supo nada de estas obras hasta que se desembarcó en La Caldera para realizar los trabajos.
De hecho, explicó, la empresa llegó hasta La Caldera con un informe de Impacto Ambiental y Social (EIAS), avalado por la Nación y por Aguas del Norte. Ello pese a que los suelos, se supone, son jurisdicción de la provincia y debía intervenir la Secretaría de Ambiente a cargo de José Cornejo Coll.
Según indicó León, por lo establecido en el mapa de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos (OTBN), de la provincia, la zona por la cual la empresa quiere pasar la topadora para cumplir con el desmonte se encuentra en zona roja, esto quiere decir, de alta protección y, por lo tanto, no se deberían realizar allí los trabajos que se realizan desde hace unas semanas.
En el medio, la Municipalidad a cargo de Daniel Escalera ya elevó a la empresa la ordenanza 624 que, dijo el funcionario, dispone que la Municipalidad debe autorizar las deforestaciones que quieren realizarse en su jurisdicción.
El temor de los vecinos
El temor de los vecinos, indicó, tiene que ver con el hecho de que en la ribera se encuentran los árboles y arbustos que permiten un suelo más firme y que pueda soportar las crecidas del río. Y es que si bien la Municipalidad realizó defensas artificiales, entendieron que estás también estarían sujetas a un buen estado del suelo para generar protección ante posibles crecidas.
"Hay árboles que tienen entre 50 y 100 años", dijo por su parte Alejandra Barreto, vecina de La Caldera, a este medio mientras ayer se esperaba realizar una comisión para recorrer la traza por donde debe pasar el acueducto en cuestión.
Sin audiencias públicas
En Salta la Ley 7070 establece la disposición de audiencias públicas para realizar trabajos que pueden generar impacto ambiental siempre que se sobrepasen las 300 hectáreas de superficie. Y es que menos suele ser aprobado solamente por Ambiente de la Provincia sin pasar por el trámite que permite a los vecinos enterarse de lo que puede suceder en las zonas donde viven.
En los EIAS, en tanto, se dispone la necesaria consulta a quienes viven en la zona. Pero según lo confirmado por Barreto y por León, nadie fue consultado ni pudo conocer de los trabajos a realizar en esta obra de acueducto.