Así se le leyó en ese acto de imputación, el decreto en el que se mostraban las maniobras de engaños, que puso en marcha Segovia, simulando solvencia e idoneidad, haciendo creer a sus víctimas que era parte de dos emprendimientos comerciales serios.
Uno se ubica sobre calle San Juan al 400 y el segundo, sobre Olavarría al 1100, ambos en la Capital salteña. Así, ganó la confianza de los damnificados al proporcionar datos de empresas de construcción y venta de viviendas prefabricadas y les expresó que, por una suma de dinero de contado, les efectuarían las obras prometidas.
Los denunciantes concretaron el pago de diversas sumas de dinero, sin que el imputado cumpliera, lo que produjo en consecuencia un perjuicio patrimonial a las víctimas.
Además, frente a los reclamos realizados por uno de los denunciantes, el acusado lo amenazó de muerte al decirle que no lo molestara o apurara porque “los cagaría matando”.
Con la intervención del Juzgado de Garantías 5 y la División de Delitos Económicos de la Policía Provincial se realizó el allanamiento en los locales comerciales, el secuestro de documentación atinente a la causa y la detención del imputado. Sobre Segovia y con igual modalidad, pesan dos requerimientos de juicio por acusaciones previas, por hechos similares.