Por este hecho, el Juzgado de Garantías 1 de Orán hizo lugar a un pedido de la fiscalía penal de Derechos Humanos, que solicitó la detención de los policías por la supuesta comisión de los delitos de privación ilegítima de la libertad, torturas y lesiones leves en concurso ideal. El oficial y dos sargentos, quienes fueron detenidos durante el transcurso de este viernes, pertenecen al Sector 2 de la Brigada de Investigaciones y estaban a cargo de la investigación por el robo al supermercado Comodín, en esa ciudad.
De la investigación preliminar, surgió que los efectivos citaron a un empleado, quien denunció el hecho, para que prestara declaración testimonial en las instalaciones de la Brigada, algo de por sí irregular debido a que las testimoniales se realizan en la fiscalía.
Una vez que el testigo se hizo presente en la dependencia, los policías cometieron un claro exceso en el ejercicio de sus funciones y sin que existieran motivos razonables ni una orden de la autoridad competente, privaron ilegítimamente de la libertad ambulatoria al denunciante, a quien retuvieron desde las 18 del 8 de abril, hasta las 2:30 de la madrugada del día siguiente, esposado y sin que pudiera irse de la dependencia policial.
En su accionar ilícito, el oficial y los sargentos llevaron adelante conductas propias del delito de torturas, ya que infligieron tormentos físicos y psíquicos, de carácter grave con el fin concreto de intimidar al denunciante, para obtener una confesión que atribuyera responsabilidades por el robo al supermercado a personas determinadas, en función de las líneas investigativas que resultaban en beneficio de la intención del personal para resolver la causa.
También fue amenazado
De acuerdo a lo informado, los actos se desarrollaron a través de múltiples golpes y la colocación en la cabeza de la víctima de bolsas plásticas, para intentar quebrantar su voluntad. También exhibieron y prendieron un taladro, con el que amenazaron con provocarle lesiones a través de un recorrido en un vehículo perteneciente a la fuerza de seguridad por las calles del barrio 20 de Febrero, donde nuevamente lo amenazaron con llevarlo al basural, lugar en el que manifestaron que lo iban a matar y que se cuidara de denunciarlos, porque lo iba a pasar mal, él y su familia.