El hecho sucedió en septiembre de 2.021. El menor damnificado concurría a las clases de fútbol que daba el acusado. En una oportunidad el imputado llevó al damnificado y a otros chicos a su domicilio porque iba a ir un masajista. Finalmente el sujeto quedó solo con el menor y lo sometió a tocamientos en sus partes íntimas.
Por la modalidad de la pena dictada, el condenado seguirá en libertad y deberá cumplir las siguientes obligaciones durante tres años: fijar residencia, notificar cualquier cambio de domicilio al tribunal y someterse al cuidado del Programa de inserción social y supervisión de presos y liberados de Salta; prohibición total de acercamiento a la víctima y a su grupo familiar, a sus domicilios y lugares que ellos frecuenten en un radio de 200 metros; prohibición de realizar actos de violencia física, psíquica o moral en su contra; abstenerse de cualquier tipo de contacto, personal, telefónico o por redes sociales o sistemas informáticos de mensajería; abstenerse de abusar de bebidas alcohólicas y del consumo de estupefacientes; realizar tratamiento psicológico y presentar trimestralmente las constancias que den cuenta de su evolución.
El juez Guillermo Pereyra, vocal de la Sala VI del Tribunal de Juicio, ordenó que se le realice examen genético al condenado para su posterior inscripción en los bancos de datos genéticos que correspondan.
El juez dispuso la inhabilitación especial perpetua atento a que el acusado, para cometer el delito, se valió de su condición de profesor de fútbol dando clases que impartía en barrio Castañares.
