La apertura de este importante mercado para la Argentina, principal productor mundial del cítrico, había llevado meses de negociaciones entre el Gobierno argentino y la administración de Barack Obama. Aquel destino comercial estaba cerrado desde septiembre de 2001.
Hace un mes, el presidente Mauricio Macri sostuvo que la decisión del Gobierno de los Estados Unidos de autorizar la importación de limones procedentes de la Argentina fue una demostración de "la seriedad y la confianza que podemos generar" como país. La demanda norteamericana garantizaba un "piso" exportable de 27.500 toneladas anuales
La medida es perjudicial para las economías regionales del Noroeste argentino, en particular de Tucumán. El gobernador Juan Manzur había calificado al vía libre estadounidense como un hecho "histórico" y un "hito que marca un antes y un después con lo que tiene que ver con el trabajo, la producción y el bienestar de los tucumanos, que emplea a más de 50.000 personas de manera directa y en mano de obra intensiva".
Según datos de la Federación Argentina del Citrus (Federcitrus), la apertura del mercado norteamericano para la producción de limón fresco local significaba ventas anuales por USD 50 millones "como piso", con un volumen de 15.000 a 20.000 pallets, lo cual representaría envíos por más de 27.500 toneladas.
Minimizan el impacto del anuncio
El ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, llevó un mensaje tranquilizador a los productores, manifestando que “seguramente los limones van a entrar en el mercado de Estados Unidos”.
Asegurando además que "cualquier gobierno que asume supervisa cuáles son los acuerdos que están pendientes de cumplimiento y los prorroga en el ingreso en el tiempo", desdramatizando la medida tomada por el Departamento de Agricultura de la flamante presidencia Trump.
El funcionario recordó que el país "ha cumplido todos los pasos que establece la legislación norteamericana para el ingreso de los limones", poniendo años fríos a una situación que generó tensión en las últimas horas.