Las mujeres se aglutinan en puertas del Centro Cívico Grand Bourg, donde exigen la presencia de funcionarios que firmen un acta acuerdo que les de certezas de su ingreso a la planta permanente. De no ser recibidas, planean cortar el ingreso a Casa de Gobierno.
Exigen que se cumpla con el compromiso asumido de pasar a la planta permanente de los establecimientos donde prestaron servicio y que se llamen a los concursos para designarlas como ordenanzas de sus escuelas.
“El compromiso de sumarnos siempre estuvo, desde el momento que aceptamos ingresar al estado provincial, nos designaron como personal de apoyo, pero al no haber personal titular en los establecimientos terminamos cumpliendo el rol de un titular”, explicó Flores.
En el 2020 el gobierno nacional autorizó a los ejecutivos provinciales a tomar personal del programa Potenciar Trabajo dada la demanda de recurso humano para mantener los protocolos sanitarios de la pandemia.
Establecimientos educativos y centros de salud fueron los más beneficiados de esta decisión nacional pudiendo responder a la demanda. Aproximadamente, más de 220 mujeres del programa pudieron ingresar a devolver horas de trabajo en escuelas de la Ciudad de Salta.
El Potenciar Trabajo es la política social del gobierno que mayor cantidad de inscriptos tiene –llegó a más de 1 millón de beneficiarios a nivel nacional- y exige una contraprestación de 4 horas de lunes a viernes para mantener el programa, que actualmente retribuye un monto arriba de los $25 mil pesos.
Los movimientos sociales poseen unidades ejecutivas, las únicas autorizadas por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación para que los beneficiarios acrediten su contraprestación, de lo contrario pierden el beneficio. Sin embargo existen muchas denuncias de beneficiarios del programa por abusos de parte de las dirigencias sociales con la amenaza de no hacer figurar la devolución de horas, y por ende provocar la baja de los beneficiarios.
Fue por esto que muchas personas se presentaron ante el ejecutivo provincial ante la posibilidad de devolver el servicio que exige el programa.
“Las vacantes se están cubriendo y nosotras seguimos a la espera, se supone que íbamos a ser las primeras por haber trabajado en plena pandemia, y nos están desechando”, sostuvo Flores.
