Este joven, al igual que muchos otros que han padecido coronavirus, sufre síndrome de fatiga crónica, recoge la BBC de Londres.
Según les médicos, la fatiga crónica es una consecuencia del COVID-19 que está afectando a muchos supervivientes.
También conocida como encefalomielitis miálgica, es una condición debilitante de largo plazo, cuyo principal síntoma es un agotamiento que no mejora ni con sueño ni con descanso y que afecta al paciente en su vida cotidiana.
Otros síntomas son el dolor, la falta de calidad mental y problemas de memoria y de sueño. Aunque aún se desconocen muchas cosas sobre la enfermedad, una de las teorías es que puede originarse después de una infección viral. El problema es que no tiene tratamiento, más allá de aliviar los síntomas.
En el caso de Callum O'Dwyer, dos semanas después de que desaparecieran los principales síntomas del conoravirus, él seguía notando falta de aire, fatiga y debilidad muscular: "Me quedaba descansando en la cama seis u ocho horas al día y me costaba levantar cualquier cosa. Tenía una botella de agua de un litro cerca de mí y me costaba levantarla. Así de débil estaba", “llegaba a sentir dolor en el abdomen por el esfuerzo de hablar”, señaló.
Tres meses después, la salud de este joven ha mejorado, pero le sigue faltando el aire cuando hace un esfuerzo: "Es muy frustrante. He tenido tantas falsas esperanzas. Actualmente no puedo vivir de forma independiente ni trabajar. Cuando hablamos de coronavirus, hablamos de vida y muerte, no se habla de la gente que se ve afectada mucho después", asegura.