Según la tradición, ayer domingo al atardecer comenzó el Año Nuevo judío (Rosh Hashaná) 5779, al aparecer la primera estrella. Lo mismo sucederá para los musulmanes hoy, a la misma hora, cuando entrarán en el 1440 según su calendario.
La festividad judía se celebra los dos primeros días del mes tishrei del calendario hebreo, que en esta oportunidad cae del 9 al 11 de septiembre (por contarse como días lunares). La islámica es el 10 a 11 del mismo mes.
La celebración judía se inicia con el sonido del shofar (un cuerno de carnero), llamando a la meditación, al autoanálisis y a retomar el camino de justicia. Se festeja en estas fechas por comenzar el mes tishrei, cuando Dios creó el mundo, momento también en el que, según el Antiguo Testamento, fue creado el primer hombre: Adán.
Hoy y mañana serán días no laborables para aquellos que profesan la religión judía, mientras, para los musulmanes corresponde mañana martes.
Para los judíos, Rosh Hashaná, junto con Yom Kippur (Día del Perdón), forman un período de introspección y balance sobre las acciones realizadas y sus consecuencias. No es tan raro que las fechas de ambas culturas coincidan.
Distintos calendarios
¿Por qué 5779 y 1440? La respuesta tiene que ver con los distintos calendarios por los cuales se rigen estos acontecimientos, y que guían la vida religiosa de esas comunidades.
En cuanto al judaísmo, la historia oficial le atribuye la versión final de este calendario al sabio Hilel II, en el año 359 de la era cristiana.
A través de un complejo algoritmo, le dio forma al calendario hebreo (lunisolar), que combina los meses lunares con las estaciones del año solar. Esto hace que cada tanto haya un año bisiesto (7 años en ciclos de 19), durante el cual se duplica uno de los meses (Adar).
El día comienza en el ocaso, hasta el ocaso siguiente. Por eso el Año Nuevo comenzó el domingo al atardecer.