Cuando los espectadores comenzaron a acudir al Centennial Olympic Park de Atlanta, Georgia, aquella madrugada del sábado 27 de julio de 1996 para asistir al concierto de la banda Jack Mack and The Heart Attack no esperaban que la noche tenga el desenlace que llegaría unas horas después. La ciudad era la anfitriona de los Juegos Olímpicos y se preparaba para cerrar una noche a pura música cuando se comunicó el desalojo total del lugar por un paquete sospechoso que generaba dudas.
Se trataba de un atentado de un terrorista solitario cuyo objetivo era detener las Olimpíadas que se estaban llevando a cabo. En menos de lo esperado detonó una bomba, dejando el saldo de 2 fallecidos, una espectadora y un camarógrafo, y 111 heridos. No obstante, a pesar de dicha consecuencia, el entonces presidente de Estados Unidos Bill Clinton declaró que la competencia no iba a suspenderse ya que no iban a darle el gusto al delincuente, aunque sí iban a intensificar la seguridad de los sitios a los que acudía el público.
Fue el guardia de seguridad Richard Jewell quien un día como hoy pero 25 años atrás que descubrió la mochila que contenía una bomba con clavos y tornillos que en poco tiempo iban a estar esparcidos por toda el área. El agente fue luego tomado como "persona de interés" por el FBI ya que los medios de comunicación lo habían difamado tras recibir información falsa que indicaba que él en realidad era el atacante. Finalmente, en el año 2003 dieron con el verdadero culpable, Eric Robert Rudolph, quien había llevado a cabo al menos 3 atentados más.
No era la primera vez que se detectaba un ataque como tal en unos Juegos Olímpicos, sino que ya había un peor antecedente en los juegos de Múnich '72 cuando miembros del grupo terrorista palestino Septiembre Negro se metió en la villa olímpica alemana y tomaron de rehenes a 11 atletas y entrenadores israelíes, que fueron posteriormente asesinados. El mencionado hecho se recuerda como la Masacre de Múnich.
Atlanta, protagonista del horror
El Centennial Olympic Park había estado preparándose por mucho tiempo para ser uno de los escenarios principales de los Juegos Olímpicos de Atlanta '96 que habían comenzado el 19 de julio de dicho año. Los locales estaban entusiasmados por poder vivir la máxima competencia que reúne a atletas de distintos deportes en su casa y el lugar esperaba que además de destrezas deportivas, la música en vivo juegue un rol fundamental para atraer tanto a habitantes como a visitantes.
Jack Mack and The Heart Attack ya tenían más de 15 años de trayectoria haciendo soul y R&B, por lo que habían sido invitados para ponerle sus melodías a una de las tantas noches de Olimpiadas. Sin embargo, la madrugada se vería manchada de terror.
Mientras el conjunto estaba tocando, Richard Jewell se encontraba caminando por las inmediaciones del parque cuando se cruzó con una mochila verde que, según sus conocimientos, entendía que se trataba de un "paquete sospechoso" y que podía contener una bomba en su interior. De inmediato se comunicó con las Oficinas de Investigación de Georgia para luego iniciar el desalojo del lugar para que los expertos pudieran investigar en profundidad de qué se trataba, sin embargo explotó antes de que todos puedan salir del predio.
El terrorista estadounidense Eric Robert Rudolph Rudolph había colocado un bolso con tres bombas de tubo rodeadas de clavos, los cuales actuaron como proyectiles y fueron los causantes de las graves heridas generadas a 111 espectadores así como también del fallecimiento de Alice Hawthorne, de 44 años, a quien uno de dichos objetos le penetró el cráneo, causando su muerte casi inmediatamente. A su vez, un camarógrafo turco de 38 años llamado Melih Uzunyol también perdió la vida, aunque esto fue a causa de un infarto mientras corría a cubrir el lugar de la detonación.
De héroe a villano
Con el pasar de los días, después de la tragedia, Richard Jewell se paseó por distintos programas de televisión y otros medios gráficos que le pedían su relato sobre lo acontecido. En un primer momento fue catalogado como un héroe ya que su rápida acción había logrado salvar la vida de cientos de personas hasta que la historia tomó un giro inesperado cuando pasó a ser la antítesis.
Como consecuencia del testimonio de un antiguo empleador del agente de seguridad, quien aseguraba que uno de los operadores del ataque habría sido Jewell y quien se encargó de difamarlo en medios de comunicación locales, es que pasó de ser un salvador al villano de la historia. El FBI, que se encontraba investigando el hecho, lo nombró "persona de interés" y fue citado a declarar en distintas ocasiones.
Hasta ese momento era el único sospechoso. La agencia de inteligencia no encontraba a otro sujeto a quien culpar, por lo que buscaban todas las opciones para que el oficial quede en evidencia, algo que no sucedía. Por su parte, otras fuentes también señalaban que el hombre de 33 años había participado del desalojo porque se percató de que la bomba "que él había colocado", iba a explotar sin que las fuerzas policiales pudieran evacuar el lugar.
Finalmente, fue liberado de los cargos que se le habían adjudicado y demandó a todos aquellos que habían atentado contra su imagen y exigió, como mínimo, un pedido de disculpas públicas.
Eric Robert Rudolph, el verdadero culpable
Las primeras pistas para dar con el ejecutor del atentado de Atlanta no llegaron hasta un año después del suceso, cuando se vinculó a Eric Robert Rudolph con el mismo. Esto se dio luego de que otros tres ataques se lleven a cabo contra dos clínicas de abortos y un bar gay en Atlanta y Alabama. La conexión se dio al encontrar que las bombas dinamitadas estaban hechas a base del mismo material en todos los lugares, pero hasta ese momento la identidad del autor del hecho era desconocida.
Rudolph se destacaba como carpintero y, a su vez, un terrorista fundamentalista. Se lo describe como un "fanático religioso" cuyo objetivo era la suspensión forzada de los Juegos Olímpicos porque sostenía que "promovían el aborto, la homosexualidad, e ideales socialistas y globalistas". Es por esto que también se lo ha culpado por los otros ataques.
Una vez que lograron identificar al que ahora pasaba a ser principal sospechoso, este se encontraba prófugo y llegó a ser incluido por el FBI en la lista de los 10 criminales más buscados de 1998. Estuvo en condición de fugitivo por más de 5 años hasta que en la madrugada del 31 de mayo de 2003 fue encontrado por un policía en un contenedor de basura de un supermercado en Carolina del Norte. En los alrededores había sido hallado un trasporte abandonado que habría sido el utilizado por el atacante para atacar uno de los hospitales.
