Tras el impacto, una de las víctimas salió despedida y falleció en el acto, mientras la restante fue arrastrada por más de cien metros arriba del capó y si bien pudo ser trasladada a un hospital, se produjo su deceso cuando era asistida por los médicos.
El doble homicida escapó, aunque horas más tarde se entregó en una comisaría y al ser sometido al test de alcoholemia, a pesar del tiempo transcurrido le dio más del doble de lo permitido. La gente del barrio Cruce de los Andes, en Pocito, no logra salir de la conmoción por lo ocurrido cerca de la medianoche del pasado viernes sobre la calle Mendoza, entre 13 y 14, cuando Ailén Méndez y Julieta Farías cruzaban por allí y de repente apareció un viejo Peugeot 404 de color blanco a excesiva velocidad, sin darles tiempo a nada.
Las embistió sin intentar frenar y luego del primer impacto con el cuerpo de una de las nenas, continuó acelerando su marcha durante una cuadra más con la otra arriba del capó hasta que dobló en calle 12 en dirección al este, para seguir su fuga.
Ailén Méndez quedó tendida en el piso, con múltiples golpes y desvanecida, agonizó por algunos minutos, mientras que su amiga Julieta Farías pudo ser llevada en ambulancia, pese a su estado crítico, aunque los médicos poco pudieron hacer para salvarle la vida. Familiares de las nenas sufrieron shocks nerviosos y debieron ser contenidos por vecinos, mientras algunas personas daban cuenta de que podían identificar el auto que provocó la tragedia ante la intervención policial.