POSTRADO, DADO DE BAJA Y SIN SUELDO

La madre de un policía vive un calvario por un accidente laboral

Su madre Gloria cuenta el drama económico que vive con su hijo el sargento Miguel Rodríguez quien quedó postrado y con una grave discacidad por un accidente laboral que la Policía no reconoce indemnización alguna. Le cuesta alimentar a su familia. Hace tres meses le dieron la baja de su sueldo y tampoco le salió aún la jubilación.

Cumpliendo funciones como policía al sargento Miguel Ángel Rodríguez un piedrazo lo dejó postrado e incapacitado. Fue dado de baja y sin sueldo.
Cumpliendo funciones como policía al sargento Miguel Ángel Rodríguez un piedrazo lo dejó postrado e incapacitado. Fue dado de baja y sin sueldo.

El sargento Miguel Ángel Rodríguez, sufrió un accidente laboral un día de la madre de hace siete años, que por orden del juez actuante debía custodiar en un espacio, sin arma, ni uniforme.

La madre sostiene que fue emboscado, junto a otro compañero, y en el ataque una piedra de siete kilos lo dejó inconciente. Esto le provocó que quedara con una discapacidad mental y con convulsiones.

El efectivo tiene tres hijos menores de edad y está divorciado de su pareja.

“A partir de ahí comenzó mi penuria”, reconoce Gloria madre del sargento. Ella es viuda, y cuida de este único hijo que el año pasado sufrió un accidente cerebro vascular, que le provocó otras dolencias, que lo dejaron postrado en una cama.

“Vivo de mi jubilación mínimia, ya que la Policía le dio la baja del sueldo a mi hijo y hace tres meses que no cobra porque tampoco le salió aún la jubilación”, dice Gloria.

Jamás fue apoyada por ninguna institución para que le permitieran tener cobertura de sus tratamientos. En su foja de servicios consta que fue en acto de servicio que recibió el golpe que le provocó las dolencias. Sin embargo, nada se logró a la hora de poder acceder a una ayuda. 

Los responsables fueron procesados, pero jamas, la notificaron por resolución alguna de juicio. Hoy no camina, no controla esfínteres, con todo lo que acarrea esa situación.

En marzo la madre recibió a personal de Recursos Humanos de la Policía donde le avisaron que pasó a retiro y que agradeciera que no lo cesaban en sus funciones.

Como pudo, Gloria, presentó notas, en la policía, y en la justicia, ya que económicamente no puede abonar un abogado.

Con dolor cuenta que hay días que no come porque debe alimentar a su hijo postrado, y muchas veces dice “le pido a Dios que nos lleve a los dos juntos, quién verá por él si no estoy. Nadie me ayuda”, explica angustiada.

En epoca de campañas electorales, muchos caminantes le prometieron esto no quedaría así. Sin embargo, ahora nadie la recibe.

“El neurólogo me dice, que le suelte la mano, pero es mi único hijo. Con qué corazón puedo dejarlo, ya no sé que hacer, sólo pido una ayuda”, remarcó.

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