La ciudad de Rojas, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, se vio conmovida por el alevoso femicidio de una chica de 18 años. Se trata de Úrsula Bahillo, quien fue ultimada a puñaladas por quien sería su expareja, un oficial de la Policía bonaerense que ya fue detenido.
El presunto femicida fue identificado como Matías Ezequiel Martínez, de 25 años. De acuerdo a lo que se pudo reconstruir del caso, Martínez hostigaba a Bahillo desde hace meses. Este lunes ambos discutieron y el policía la atacó con un puñal.
Ayer, lunes, el oficial Matías Ezequiel Fernández (25) -efectivo de la comisaría 2° de San Nicolás- llamó por teléfono a su tío para darle un mensaje al menos inquietante, un cliché de casi todo criminal machista. “Me mandé una cagada”, le dijo el joven a su familiar. Le indicó que se encontraba cerca de una escuela en el paraje rural Guido Spano, a pocos kilómetros de la localidad bonaerense de Rojas.
Sin dudarlo y previendo que algo grave pudo haber ocurrido, el tío se dirigió junto a la policía a la zona en la que estaba su sobrino, donde finalmente corroboraron sus sospechas: el joven efectivo, con licencia psiquiátrica desde septiembre del año pasado.
Según confirmaron fuentes policiales a Infobae, apenas llegaron el tío y el personal policial al paraje rural observaron que el joven estaba dentro de un auto Peugeot 307 de color gris, algo alterado y vestido de civil. Cuando le preguntaron qué había ocurrido, Martínez señaló el lugar donde estaba su ex novia muerta, con su cuerpo cubierto en sangre.
Cuando llegó una ambulancia de SAME, los médicos constataron que efectivamente la chica estaba muerta. Tenía heridas en el cuello y en la espalda. Medios locales de Rojas hablan de más de 30 puñaladas y de un femicidio con saña, aunque recién se confirmarán con la autopsia.
Incidentes y represión
Familiares y amigos de Úrsula se concentraron anoche frente a la comisaría municipal. La movida en reclamo de justicia contó con el acompañamiento de gran cantidad de vecinos, pero todo terminó con incidentes y represión. A la espera de que se presentaran autoridades, los manifestantes comenzaron a golpear las ventanas y romper vidrios y la reacción de la policía fue con balas de goma.
“Hace meses habíamos denunciado el hostigamiento de esta persona hacia mi hija, hasta un fin de semana que fuimos a la Comisaría de la Mujer y nos mencionaron que no tomaban la denuncia porque era fin de semana”, expresó Patricia Nassutti, madre de la joven, a Rojas Ciudad.