Al mismo tiempo, en la convocatoria, se advirtió sobre las condiciones de la nueva línea de créditos Procrear que lanzó recientemente el Gobierno nacional.
El Desarrollo Urbanístico de Grand Bourg fue el escenario para la reunión en donde la premisa de los autoconvocados era informar “cómo se sigue insistiendo con un sistema que además de no brindar ningún tipo de previsibilidad a la familia que sólo desea acceder a su vivienda única, sólo se convierte en viable para las entidades bancarias, asfixiando a las familias cada vez más, mediante un sistema que se actualiza día a día acorde a la inflación”, señaló Gustavo Baranovsky, uno de los referentes de este sector que persigue todavía el freno a las permanentes actualizaciones en el monto de las cuotas que pagan por sus casas.
Baranovsky en el diálogo con Nuevo Diario, aseguró que la permanente actualización del capital adeudado, “hace imposible saber no sólo cuánto se terminará pagando el crédito, sino que no permite conocer cuándo se terminará pagando la vivienda. Vivienda que no pertenece a las familias, y que está hipotecada en poder del banco hasta tanto se finalice de pagar la totalidad del crédito”.
Para la jornada del martes se presentaron más de cincuenta personas: vecinos que ya se encuentran pagando estas cuotas, e interesados en suscribirse a la convocatoria nacional que vence en los próximos días.
“Yo comencé pagando cuotas de un poco más de $12 mil en el mes de febrero, y en la actualidad el monto que pago es de $15 mil, es decir que se aumentan alrededor de $500 por mes”, sostuvo Baranovsky que agregó que lo más preocupante de esta situación es que “me aumentaron $200 mil la deuda que tengo con el banco, es decir que en un año voy a adeudar un poco más de medio millón de pesos, y si proyectamos a un crédito de 30 años, el incremento representa una verdadera locura”.
“Si bien hasta el momento no logramos resolver absolutamente nada, este tipo de reuniones como la del martes nos sirven para visibilizar lo que está pasando, y que los damnificados empiecen a involucrarse y moverse, como también mostrarles esto que pasa a los que tienen pensado suscribirse a este engaño por el que pasamos más de mil familias en Salta solamente”.
Por último el vecino remarcó que “en estas épocas electorales, mil familias no son un número representativo para los candidatos, y por eso nuestro reclamo queda en el olvido”, aunque no descartó futuras reuniones entre los interesados en búsqueda de una solución.