Participaron de los cultos el gobernador Juan Manuel Urtubey, el vicegobernador Miguel Isa, el intendente Gustavo Sáez, y demás autoridades provinciales y municipales.
En la homilía, Sigampa le pidió al gobernador que diga siempre la verdad, “aunque vengan degollando” y agregó “no recule nunca, porque así el pueblo lo va a valorar. Cristo no reculó ante la cruz, ofreció su cuerpo y sangre. Es difícil gobernar, pero Dios cuando nos pone frente a una tarea difícil también pone la gracia suficiente para que no fracasemos”.
En su discurso se refirió a la situación que vive en estos momentos la Argentina y señaló que “hoy es un pueblo que tiene hambre y cuando recorro los campos y veo los sembrados de todo tipo, no se justifica que el pueblo tenga hambre porque Dios no ha creado la naturaleza para que un grupo tenga, sino para todos y especialmente para el que más necesita”.
En su mensaje cristiano no se olvidó de los peregrinos: “Me emocionó ver a miles de jóvenes en bicicleta que venían desde Metán y Rosario de la Frontera. Ellos saben de dónde vienen y a qué vienen. Están guiados por la fuerza de Dios. Es con estos jóvenes que se levanta Salta. Necesitamos de los hombres y mujeres fuertes, llenos de vigor que nos da el Bautismo para levantar el país. Es con el esfuerzo humano, la gracia de Dios y las instituciones”.
Aborto
Fabriciano se refirió también a la maternidad y a la ley de interrupción voluntaria del embarazo que no fue aprobada en el Congreso. “Nosotros estamos acá porque nacimos de una madre que no tuvo vergüenza de tenernos. Por eso, cuando llega a la vejez hay que cuidarla y acompañarla, es la manera que tenemos de devolverle todo lo que ella nos dio. Dios no nos quiso huérfanos y nos dio una madre, un padre y un hijo eterno y nos puso en el centro de la Santísima Trinidad”, dijo.
También se refirió a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchener: “En un tedeum que celebré en Chaco, le dije a la señora presidente: usted está echando mano de ese dinero que es del Estado para dar de comer a ese niño oculto en el seno materno, usted está apostando para que esos ciudadanos crezcan sanos y levantemos el país. De esto usted lo sabe porque llevó en su seno a sus hijos”.
Se despidió diciendo: “Dichosos de nosotros que tenemos una madre hermosa, un hijo guapo que murió por nosotros para salvarnos”.
Acompañaron en el oficio religioso, el arzobispo de Salta, Mario Antonio Cargnello, y el obispo de Gregorio de Laferrere, Gabriel Barba.