Las numerosas familias ubicadas en más de cinco barrios de la zona este alta, viven por estos días un verdadero suplicio detrás del líquido vital, que “sólo cae por cuentagotas a las tres de la mañana”, llegando a extremos de “recoger en baldes el agua de lluvia para poder reutilizarla”.
Esos fueron algunos de los conmovedores relatos de los vecinos en diálogo con Nuevo Diario. La solución no se vislumbra cercana, y a estas familias les queda “tomar medidas extremas.
Silvia, que vive en Las Colinas disparó indignada: “Estamos decididos a cortar la ruta porque no hay forma de que nos escuchen, aquí somos anónimos” y detalló que algunos de los barrios ubicados en esta zona, como Canillitas, San Mateo, Colinas y Torino, “realmente la están pasando mal”. Frente a ello sostienen que han creado lazos solidarios, que los mantienen firmes en esta lucha por este servicio y hasta por “la dignidad”.
De la reunión con Paz Posse, que este grupo de personas mantuvieron hace dos semanas, cuando se instalaron en las puertas de la oficina de Aguas del Norte en señal de protesta, “no salió nada, nos dijeron que no nos teníamos que preocupar y nada de eso es cierto” y lamentó: “A nosotros nos queda vivir como podemos”
Por su parte, José de Villa Floresta advirtió que “la idea de cortar la ruta es la última alternativa, porque antes queremos que el señor Paz Posse nos dé una respuesta lógica” y manifestó que “año tras año es lo mismo, pero en los últimos tres años se agravó por la cantidad de gente que vive aquí, sumado a otros problemas y deficiencias”.
El hombre reclamó la inacción por parte de la Municipalidad “que hizo campaña diciendo que se gestionaron fondos de Nación para mejorar la calidad de Villa Floresta exclusivamente, se sacaron fotos y todo quedó en nada”, finalizó el consternado vecino.