Murió en Salta el doctor Bernardo Solá. ‘Buby’, para sus familiares y amigos. En su larga trayectoria de vida desplegó sus talentos, su decencia y su compromiso con la libertad, la justicia y la educación.
La persona de Bernardo Solá está entre los primeros de un exigente registro de salteños íntegros y de inequívoco talante republicano. En su hoja de vida están grabados los rasgos del antiguo y fértil tronco familiar al que perteneció: el de los Solá pioneros en la cultura, las ideas, el periodismo, la producción, las innovaciones, el rechazo a las tiranías y la defensa de la libertad.
Fueron sus padres José Vicente Solá y María Elena López Sanabria, Bernardo fue el cuarto de ocho hermanos.
Concluidos sus estudios secundarios en Salta, inició la carrera de abogacía en la Universidad Nacional de La Plata, obra de Joaquín V. González, de cuya personalidad e ideas recibió clara influencia. Con parecida intensidad se sintió identificado con las ideas y la conducta de Lisandro de la Torre, a cuyo partido Demócrata Progresista ingresó. "En lo universitario milité por la Reforma Universitaria, y en lo político me alineé al Partido Demócrata Progresista en la línea de Lisandro de la Torre. Mis ideas eran muy liberales, pero no se aclararon hasta la muerte de mi papá que era absolutamente conservador. En La Plata milité en la FULP, Federación Universitaria La Plata, y después me afilié al Radicalismo", explicó en una entrevista con "El Intransigente".
Solá fue uno de los fundadores de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), entidad gremial de segundo grado (Federación) que afilia sindicatos docentes de todas las jurisdicciones educativas del país: 23 provincias y la Ciudad de Buenos Aires.
Regresó a Salta con el título de abogado y poco después se casó con María Marta Zavaleta. En 1983 fue candidato a gobernador de Salta en la lista de la Unión Cívica Radical. A comienzos de 1984 el presidente de la República, Raúl Alfonsín, lo designó Secretario de Educación de la Nación cuando el ministro de esa cartera era Carlos Alconada Aramburú. Participó en Congresos internacionales sobre educación. Su actividad en el ministerio de Educación y su intervención en foros internacionales influyeron para su designación por la UNESCO como presidente del Comité Intergubernamental de Gobierno para América Latina y el Caribe.
En 1986 fue nombrado Embajador de la República en Panamá. Durante su gestión, recordó Solá, "se creó el Grupo Contadora en Panamá, que era una suerte de agrupación de países latinos identificados con los principios democráticos".
Concluida su misión diplomática regresó a Salta. "Me defino como un tecnólogo social, no un académico, sino alguien que busca la aplicación de sus conocimientos científicos. Estudie mucho la antropología y la neurociencia. Cuando cumplí 80 años publiqué mi primer libro sobre este tema: ‘Aproximación a la Civística’".
Nuestro homenaje a don Bernardo Solá; su conducta fue y será uno de los valiosos ejemplos de los que procuramos nutrirnos. Su don de gentes y su honestidad destacan más en estos tiempos en los que el desprecio a la ética es la carta de presentación que, con orgullo, exhiben trepadores, frívolos y la legión de ambiciosos oportunistas.