En tanto, hoy en la segunda jornada se cumplirá la fiesta de la Exaltación de la Cruz, con misa central a las 10 y la presencia del Arzobispo de Salta monseñor Mario Cargnello.
Y se prepara la última jornada del Triduo que se desarrollará mañana 15 de septiembre dedicado a la Solemnidad del Señor del Milagro.
El sonar de las campanas, el bullicio generado por el recibimiento a los peregrinos y los cánticos que acompañan, marcan el júbilo del pueblo católico ante los honores que se preparan para los santos patronos, el Señor y a Virgen de Milagro, en la festividad central de mañana, cuando además de la procesión el pueblo formulará un nuevo Pacto de Fidelidad.
Caminar juntos en la vida
El arzobispo de Salta presidió la misa del primer día del triduo de la Fiesta del Milagro y allí expresó a los feligreses y esencialmente a los peregrinos: “Ustedes nos muestran que siguen confiando en el Señor y la Virgen.”
“Damos gracias a Dios porque este año podemos celebrar en un clima de fiesta y estando reunidos, las solemnidades del Señor y la Virgen del Milagro. Hoy honramos, de modo especial a Nuestra Señora, la Virgen del Milagro”, puntualizó el prelado.
“La experiencia vivida por la pandemia pone en el corazón la necesidad de vivir la vida y la expresión elocuente de la vida es ‘el camino’. Basta escuchar a los peregrinos que se han preparado y que luego vienen recorriendo a lo largo de la geografía de nuestra provincia, desde el norte, oeste, este, sur; incluso gente que viene a pie desde Santa María de Catamarca”, destacó.
Aseguró que “uno percibe esa experiencia de vida que se expresa y se alimenta en el caminar y, en particular, en el caminar juntos”. “La historia de la Virgen del Milagro se hace camino con el pueblo de Salta desde el origen de la devoción, cuando los vecinos de Salta encuentran la imagen de la Virgen que ha caído de su hornacina y está al pie del sagrario con la corona sobre el altar, la interpreta como aquella que interpela a su Hijo: ‘cuida a mis hijos que son tus hermanos’”, comparó. “Cuando empezó la pandemia nos preguntábamos, queriendo anticipar futuros y manoteando ideologías, ¿qué va a pasar con la fe del pueblo? Ustedes nos muestran que la fe no ha muerto. Ustedes nos muestran que siguen confiando en el Señor y la Virgen”, sostuvo.
“La fe nos da certezas, se convierte en una esperanza que moviliza y por eso se camina, se sigue adelante y Ella es la estrella de la esperanza”, agregó. “Ella se convierte en la que acompaña el proceso de la fe de nuestro pueblo, en cada joven, en cada niño, en cada adulto, anciano, varón, mujer. Se convierte en maestra de la fe y, al mismo tiempo, en la estrella encendida de la esperanza que nos impulsa a construir un mañana mejor”, afirmó.
La misa fue concelebrada por monseñor Marcelo Raúl Martorell, obispo emérito de Puerto Iguazú; monseñor Darío Rubén Quintana OAR, obispo prelado de Cafayate; monseñor Alberto Sanguinetti Montero, obispo emérito de Canelones (Uruguay) y el presbítero Javier Romero, vicario episcopal para la catedral.
