En Salta, el 51,6% de los encuestados afirmó que la falta de agua potable es uno de los mayores obstáculos para hacer frente al COVID-19.
Desde el inicio de la cuarentena aumentó un 50% la concurrencia a merenderos y comedores, que funcionaron como una red de contención.
"Durante la cuarentena no solo se crearon nuevos comedores y merenderos, sino que se duplicó la concurrencia en los que ya existían. Esto nos deja la resiliencia de los barrios populares en la emergencia que viven antes y durante la cuarentena, en esta crisis sirvió de contención", señaló Carlos Durán, Director General para la sede Salta de TECHO en Argentina.
Explicó que en los barrios populares cerca del 40% de las personas que trabajaban en blanco perdió su trabajo y 60% del sector informal también dejó de trabajar. "Estos porcentajes se correlacionan en lo que ocurre en los merenderos.
"Nosotros relevamos 25 merenderos en Capital y San Lorenzo, donde los referentes de la cuarentena nos dijeron que durante la cuarentena aumentó en promedio un 50% la demanda que tenían. Antes de la cuarentena asistían niños y niñas y cuando comenzó la cuarentena ya iban los adultos", agregó.
Agua potable y hacinamiento
Más de la mitad de los encuestados identificaron la falta de agua potable en red como otro escollo para hacer frente a la pandemia, que exige el lavado frecuente de manos e higiene en general. "El reclamo para tener servicio de agua es frecuente y de larga data. El tema del hacinamiento en los barrios populares es crítico y es un tema que debe atenderse, más en caso de pandemia", sostuvo Durán.
Por otro lado, en el relevamiento también se reflejó la deficiencia del acceso a la conectividad a internet y cómo afectó a la hora de registrarse para obtener los beneficios sociales otorgados por nación como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y realizar otros trámites.
"El 85% dijo que tiene conexión a internet través de la red móvil, pero el 60% aseguró que la conexión es mala. La mayoría de las gestiones para las ayudas del Estado hay que hacerlas por internet y esto se convirtió en un problema para las familias de los barrios populares", dijo.
Remarcó que los estudiantes de todos los niveles también se toparon con la dificultad de no contar con un buen internet para realizar sus cursadas. "Muchos se han visto obligados a abandonar sus estudios", agregó.
Por otro lado, el 69,2% afirmó tener alguna necesidad en este momento como alimentos (70,2%), trabajo (57,6%), elementos de limpieza (51,7%).
Un 76% mencionó que recibe IFE y el 55% la Tarjeta Alimentar (55%).
Cabe recordar que según datos del Relevamiento Nacional de Barrios Populares (RENABAP), en Salta existen 154 asentamientos en los que habitan más de 20.000 familias, de las cuales el 98% no tiene acceso a redes de agua potable y cloacas y más del 60% no tiene garantizado de forma regular el servicio de energía eléctrica.
Capital tiene 45 barrios populares con 7 mil familias, que en promedio de cinco integrantes por grupo familiar, son 35.000 personas. "Uno de cada diez salteños vive en un barrio popular en Salta Capital", disparó Durán.