Una vez más sostienen que los eschaches son en defensa de la mesa de los argentinos, especialmente de la mesa de las familias de las barriadas populares "donde la desocupación, el hambre y la miseria acentuados por la pandemia del Coronavirus, configuran un escenario social de emergencia ante el cual es imperativo salir a protestar no sólo por nuestros derechos, sino por nuestra supervivencia misma".
Acusan de la alza de precios de los alimentos, al poder cartelizado del complejo-agroexportador transnacional.
"Cinco empresas (Cargill, COFCO, Bunge, ADM-Toepfer y Aceitera General Deheza) concentran prácticamente dos tercios de las exportaciones, sumado al poder de sus socios locales como la Sociedad Rural Argentina, organizan un nuevo embate que atenta otra vez contra el bolsillo de la clase trabajadora", afirman.
"Las organizaciones populares salimos a la calle porque estamos convencidos de que hay cosas que están fallando. No es posible que en nuestro país, a diferencia de los países de llamado “mundo desarrollado” sobre el que tanto teorizan los voceros de las élites en los medios de comunicación, no se tomen medidas para limitar el poder discrecional de los monopolios que controlan el mercado de los alimentos. Necesitamos políticas públicas que corrijan problemas de fondo de manera urgente", aseveraron.
El conflicto de nacionaliza porque indican "no prima el espíritu de solidaridad y unidad nacional que debería surgir en tiempos criticos. Los intereses más concentrados de los agronegocios, las élites más acomodadas que parasitan el producto de la tierra y viven del trabajo ajeno, priorizan su voraz afán de ganancias por encima de cualquier costo humanitario".
Remarcan que salen a la calle motivados contra los capitales que controlan la producción, la comercialización y la exportación de los alimentos. "Estas empresas vuelven a atentar contra el ingreso de los sectores medios y los sectores populares. Lo hacen entusiasmados por el incremento de la demanda de carne a nivel internacional, así como del precio de exportación de algunas materias primas como la soja y el maíz, la voracidad de esta casta parasitaria pretende equiparar los precios internacionales con los precios del mercado interno en tiempos de emergencia sanitaria y de emergencia social".
"Pretenden dar un mismo tratamiento al consumidor común que compra lo que puede en una góndola con un país extranjero que compra miles de toneladas de alimentos".
"Pretenden dolarizar el precio de la comida, mientras nuestros salarios en pesos siguen depreciándose como producto de la presión devaluatoria, la inflación como producto de la concentración económica y la falta de controles por parte del Estado nacional para combatir la evasión y la especulación", concluyen.