En junio la empresa de origen tucumano que se radicó en Salta, Santiago del Estero y Catamarca y generó 1200 puestos de trabajo, se declaró en quiebra tras no poder cumplir con pagos impositivos, sumado a la baja en las ventas. La AFIP acentuó aún más la crisis al retenerle los cobros que realizaba a sus clientes por medio de los medios electrónicos.
Ángel Ortiz, secretario Gremial del sindicato, manifestó que “el sindicato firmó un convenio que establece que la recaudación diaria de las ventas se destinan para pagar los sueldos de los trabajadores. Lamentablemente la empresa va al cierre”.
Agregó que “esta sucursal puede llegar a subsistir 30 días, mas es imposible porque no va a tener mercadería y tiene pedido de desalojo de los dueños del local”.
El sindicalista señaló que los trabajadores desde hace un tiempo atrás comenzaron a buscar trabajo, ya que desde mayo la empresa no podía pagarles los sueldos completos ni reponer mercadería, lo que se dificulta por el contexto económico del país.
“Emilio Luque intentó vender el negocio pero no encontró comprador. No hubo interesados en hacerse cargo de un negocio desmantelado y encima con altos costos de alquiler que tiene esa sucursal. Algunos podrían tomar al personal pero no toda la estructura”, sostuvo.
La empresa contaba con 21 sucursales distribuidas en ocho supermercados minoristas, siete supermercados mayoristas, cuatro autoservicios mayoristas y dos minimercados. De esos establecimientos, 15 estaban ubicados en Tucumán, cuatro en Santiago del Estero, uno en Salta y otro en Catamarca.
Luque ya presentó la convocatoria de acreedores, pero aún no salió el dictamen de la justicia si es admisible la convocatoria de acreedores o declara la quiebra.