El mensaje giró en torno a la pandemia Covid-19 que atravesó muros y despertó la solidaridad de la humanidad.
También se pidió por el pueblo judío.
Sin feligreses, la celebración fue transmitida por redes sociales y luego por Telefe, que retomó luego de la conferencia del presidente Alberto Fernández.
Luego de la lectura de San Juan que relata lo sucedido a cuando Jesús es apresado hasta su muerte, Cargnello afirmó: "La pandemia del Coronavirus nos ha despertado bruscamente del peligro mayor que siempre han corrido los individuos y la humanidad: el del delirio de omnipotencia. Tenemos la ocasión -ha escrito un conocido Rabino judío- de celebrar este año un especial éxodo pascual, salir "del exilio de la conciencia".
Agregó: "Ha bastado el más pequeño e informe elemento de la naturaleza, un virus, para recordarnos que somos mortales, que la potencia militar y la tecnología no bastan para salvarnos (…) Mientras pintaba al fresco la catedral de San Pablo en Londres, el pintor James Thornhill, en un cierto momento, se sobrecogió con tanto entusiasmo por su fresco que, retrocediendo para verlo mejor, no se daba cuenta de que se iba a precipitar al vacío desde los andamios.
Un asistente, comprendió que un grito de llamada solo habría acelerado el desastre. Sin pensarlo dos veces, mojó un pincel en el color y lo arrojó en medio del fresco. (…) No es Dios quien ha arrojado el pincel sobre el fresco de nuestra orgullosa civilización tecnológica. ¡Dios es aliado nuestro, no del virus!".
"¿Acaso Dios Padre ha querido la muerte de su Hijo, para sacar un bien de ella? No, simplemente ha permitido que la libertad humana siguiera su curso, haciendo, sin embargo, que sirviera a su plan, no al de los hombres. Esto vale también para los males naturales como los terremotos y las pestes. Él no los suscita. Él ha dado también de la naturaleza una especie de libertad, cualitativamente diferente", dijo.
Luego dijo: "El otro fruto positivo de la presente crisis sanitaria es el sentimiento de solidaridad. ¿Cuándo, en la memoria humana, los pueblos de todas las naciones se sintieron tan unidos, tan iguales, tan poco litigiosos, como en este momento de dolor? Nunca como ahora hemos percibido la verdad del grito de un nuestro poeta: "¡Hombres, paz! Sobre la tierra postrada demasiado es el misterio" Nos hemos olvidado de los muros a construir. El virus no conoce fronteras. En un instante ha derribado todas las barreras y las distinciones: de raza, de religión, de censo, de poder.
No debemos volver atrás cuando este momento haya pasado. Como nos ha exhortado el Santo Padre no debemos desaprovechar esta ocasión. No hagamos que tanto dolor, tantos muertos, tanto compromiso heroico por parte de los agentes sanitarios haya sido en vano. Esta es la "recesión" que más debemos temer".
Vía Crucis
Al término de la celebración, se dio inicio al vía crucis.
Las meditaciones fueron propuestas por la capellanía del Centro Penitenciario de Padua, 14 personas, a pedido del Papa Francisco, meditaron sobre la pasión de Cristo, aplicándola a su propia vida. Entre ellos se encuentran cinco de ellos están detenidos, la familia víctima de un homicidio, la hija de un condenado a perpetua, una docente el Servicio Penitenciario, un juez, la madre de un detenido, una catequista y un fraile voluntario, un agente penitenciario y un sacerdote acusado y absuelto por la justicia.