Nicolás O´brien, director General de Adultos Mayores de la Provincia, desde hace 12 años, señaló a Nuevo Diario que “el tema es largo y sinuoso. La gente está acostumbrada al cuento del tío que es una estafa. Un fraude. Pero que no trae consecuencias tan nefastas como la captación dolosa de la voluntad, porque primero es la pérdida de la libertad, después se inicia un proceso de aislamiento y sufrimiento y muchas veces termina con la muerte del adulto mayor cautivo de su cuidador infiel. Muere cuando ya no hay como exprimirlo y cuando ya los bienes que tenía se los transmitió a su cuidador desleal”.
En ese contexto el funcionario informó que el 82% de los casos de abuso, mal trato y abandono se dan dentro de las familias y en los establecimientos de cuidados para personas mayores, el restante 18% se produce en la comunidad, cuando deben esperar horas para ingresar en una entidad bancaria o son subestimados y menospreciados en oficinas públicas y privadas.
En ese escenario la “explotación” se produce debido a un alto grado de dependencia, donde hay abuso, es el aprovechamiento que hace una persona de la posición de poder que tiene sobre otra. Existen varios tipos de abuso. El físico –que puede ser mal trato por golpes o abuso sexual- el financiero, el psicológico y el abuso terapéutico, entre otros.
En relación concretamente a la causa que tomó estado público, pocas semanas atrás y donde ya hay imputada una escribana y la nieta de un matrimonio por estafa, luego que lo hicieran firmar una cesión de propiedad, bajo otra premisa, y sin consulta, O´Brien sostiene que “el abuso financiero es toda actividad dirigida a influir indebidamente para torcer la voluntad de una persona mayor, normalmente cometido por un cuidador desleal (sea familiar o contratado) que aprovecha la situación de fragilidad para obtener un beneficio.
Se trata de un Abuso de posición dominante” donde -quien se encuentra en una situación de control- se apodera de las decisiones del otro. En este caso, quien se encuentra al cuidado de la persona, lo somete gradualmente hasta quebrar su voluntad y obtener todo lo que quiera. Se trata de una serie de maniobras de manipulación sobre el adulto mayor”.
De esa forma van manipulando su voluntad, se hacen imprescindibles para toda toma de decisiones y van aislándolos y se aseguran un trabajo sin testigos.
“No tiene capacidad para negociar ni puede oponer resistencia, la persona que se encuentra en estas condiciones “vive con permiso de su cuidador” y él se lo hace saber siempre, es quien le suministra la medicación y quien impone las reglas. Se va convirtiendo en un síndrome de Estocolmo”, señala el funcionario que cuenta con muchos trabajos escritos sobre la realidad del adulto mayor.
Todo va llegando a un punto que lo que comenzó con un faltante en el banco termina con la firma de una escritura. Un Poder que dice requerir para la Anses, pero que tiene facultades que son de administración y disposición de sus bienes. Y es lo que tristemente ocurrió con Teobaldo Galarza, y su esposa Gersy, que terminó falleciendo.
O´Brien señaló que “quienes pueden atender estas circunstancias son los organismos de seguridad y del Ministerio Público.