Sin embargo, la medida duró hasta un poco antes del mediodía, cuando Héctor Martínez fue asistido por un equipo interdisciplinario del Hospital que le dio contención psicológica, además de la atención médica que precisaba por la medida iniciada.
Según contó Martínez a Nuevo Diario, su enojo provino de las desprolijidades que hubo al momento del traslado de su hijo recién nacido (sería prematuro), desde el Hospital de Cafayate al Materno Infantil.
Uno de los hechos que más le generó enojo fue que al llegar con su bebé, una administrativa le preguntó qué tenía la criatura. “Se supone que ellos deben saber qué tiene. Deben ser más organizados”, dijo el hombre consternado.
“Mi hijo no fue bien atendido”, sostuvo al indicar que uno de los jefes de médicos habló con otros cinco de sus pares y reconoció esta irregularidad.
El subgerente del Hospital Materno Infantil, Carlos Villa, indicó por su parte que Martínez se encontraba alterado por razones obvias de la situación de su hijo, por lo que se derivó su atención con otros profesionales.
En cuanto a la criatura, indicó que nació con una malformación denominada acresia anorectal, que implica que el ano no se desarrolló suficientemente. El bebé ya fue operado y trasladado de terapia intensiva a terapia intermedia. “Está evolucionando bien” tras la operación, dijo el médico, quien indicó que en el Hospital suelen realizar unas 10 intervenciones anuales por este tema.