De acuerdo a la información a la que pudo acceder Nuevo Diario, los caniles tienen techo de chapa y son bastante aireados, pero en días de altas temperaturas como la de días pasados los perros padecen el calor. En invierno, a la inversa, soportan el frío.
Los animales permanecen todo el día encerrados, y sólo pueden correr y salir al patio durante una hora a partir de las 8 de la mañana, que es cuando limpian los caniles.
En el lugar se puede encontrar desde labradores, ovejero alemán hasta cocker. La cantidad varía entre 10 y 20 perros, algunos bien alimentados y otros no tanto.
No fue difícil para los vecinos detectar la perrera policial, sobre todo porque cuando uno de los canes llora, lo hace la jauría completa. Además por olores que producen. “Para mí son caniles chicos y les da el sol todo el día.
Más allá de los ruidos que hacen los perros apenas hay luz es horrible verlos sufrir. Algunos no están bien alimentados, les dan alimentos una o dos veces por día y no sé si son las porciones adecuadas porque algunos están flacos”, señaló un vecino.
“Cuando a los perros los sueltan dan vueltas y vueltas durante menos de una hora. Después los vuelven a meter a los caniles. Hay veces que están todos los caniles llenos y otras que hay menos. Durante los fines de semana no se puede dormir hasta tarde porque apenas sale la luz ya comienzan a llamar la atención”, agregó otra vecina.
La gente de los alrededores de la perrera policial advierte que tiene temor de hacer denuncias formales.