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En el resto de las eco regiones en las que habita esta especie en extinción, las yungas y la selva paraense, suman 200 y 80 ejemplares, respectivamente.
La bióloga es Soledad de Bustos, coordinadora del programas de especies monumentos provinciales de la Secretaría de Ambiente de la provincia, quien dijo a Nuevo Diario que en estos días prevén ir hasta Rivadavia, donde se denunció esta problemática.
Ayer este medio dio cuenta del testimonio de Silvana Paz, del paraje El Desmonte, a 27 kilómetros de Pluma de Pato, en Rivadavia, quien sostuvo que frente a la matanza de ganado por parte de pumas y jaguares, querían pedir la ayuda pertinente para evitar la cacería.
De Bustos sostuvo que hay alternativas de manejo de ganado para evitar que los animales ataquen a aquel más vulnerable, que es el de ejemplares de hasta tres años.
La bióloga es miembro integrante también del Proyecto Jaguares en el Límite, que junto con la Administración de Parques Nacionales (APN), capacitan a los campesinos en distintas alternativas para el manejo del ganado. Entre ellas se encuentra la posibilidad de ahuyentar a los depredadores con los ruidos de juegos de pirotecnia, o disponer los corrales para todo aquel ganado más vulnerable al ataque (o sea, ejemplares de hasta tres años).
Los corrales pueden estar electrificados en algunos casos, y se precisa concientizar en el cambio del manejo de ganado bajo monte que se hacía de forma tradicional con este nuevo sistema.
Indicó que si bien la especie en peligro de extinción es el yaguareté, y no el puma (cuya especie se adapta con más facilidad a los sistemas degradados), en ambos casos la cacería se encuentra prohibida.
La causa: pérdida de habitat
De Bustos coincidió con Paz que una de las principales causas de la extinción de los jaguares es la pérdida de su hábitat a raíz de los desmontes. Según datos de Andrés Leake, de los 2.211.534 de hectáreas de bosque chaqueño desmontadas en Salta, 1.252.978 se desmontaron entre 2004 y 2015.
Sin embargo, la cacería encabeza la causa de desaparición de la especie. Si bien ésta es la peor alternativa, se aplica cuando el felino depreda el ganado. Pero sostuvo que en muchas otras ocasiones también se lo toma como trofeo de caza.
Mentira y desmonte
Corría el año 2004, momento en el que los ambientalistas de Greenpeace empezaron a tomar vestimentas de jaguares para frenar los desmontes en la provincia. Fue el momento en el cual, tras la venta de tierras fiscales (los ex lotes 32 y 33), para hacer rutas y sacar la producción de la soja de Anta, surgió el debate que terminó por sancionar la Ley Nacional de Bosques Nativos que obligaba a las provincias a disponer sus ordenamientos territoriales de bosques nativos (OTBN), que en Salta poco se respetó. En esos años, algunos medios salieron a desprestigiar investigaciones al sostener la teoría de un presunto fraude con un collar satelital que debía estar en un jaguar y fue puesto a un ternero. La hipótesis, que era una mentira, tenía como fin defender los desmontes.