En la zona se produce el 65% de la producción total de soja y el 80% de la producción ganadera del NOA.
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Pide, además, que haya una normativa que regulen las fumigaciones y el uso de agrotóxicos en la zona, debido al alto grado de contaminación y de enfermedades que provocan.
Zamora quien denunció que sufre fumigaciones de un campo sojero al lado de su casa, contó a Nuevo Diario que desde 2016 que vienen denunciando el uso de agroquímicos en las fumigaciones que se hacen cerca de los habitantes.
“No es la primera vez que denuncio, no soy el primero ni el único”, indicó el joven, quien contó que su casa se encuentra ubicada entre un local, que no estaría habilitado, que realiza fumigaciones y donde se acopia agroquímicos y se limpian las máquinas que se usan para la actividad; y entre un campo sojero que nunca dejó de fumigar.
Zamora contó que luego de que su reclamo se hiciera público y se viralizara por redes sociales, un “importante empresario sojero” se presentó en su domicilio para presionarlo para que abandone la lucha.
“El 9 de enero un sojero se presentó en mi casa y me amenazó, después me ofreció un millón de pesos, trabajo en su empresa y cargos políticos para que no sigamos con la lucha”, contó.
Precisó que luego tuvo la visita del intendente Alberto Fermani para proponerle una reunión con “la gente el campo”.
Le dijo, además, que no tiene competencia para que se modifique la ordenanza vigente que permite la fumigación con agrotóxicos clase 1 y 2, y a más de 500 metros del poblado.
“Se mostró en contra de que se haga un estudio de impacto ambiental y de la salud de las personas. La solución que me daba es que me sacaba las máquinas de al lado de mi casa, lo que aún no hizo”, señaló.