De las seis muertes, cuatro se produjeron por cuadros agravados por desnutrición y deshidratación; en tanto que los otros dos fueron por otras causas, según indicaron desde la cartera de Salud de la provincia y consignados en las actas de defunciones.
De esta manera, y a todas luces, estas pérdidas responden a la situación crítica de estas comunidades, sin acceso ni cobertura de sus necesidades básicas; es decir, las muertes obedecen a la situación de extrema pobreza en la que dirimen sus días. Frente a esto, desde el Gobierno provincial resolvieron convocar para hoy a todos los sectores, en Casa de Gobierno para abordar posibles soluciones.
Una cronología que duele
El primer caso que tomó repercusión fue el martes 7 de enero, cuando se conoció la pérdida de un niño de un año y dos meses de la Comunidad La Mora 1, cerca de Tartagal. En este caso, el parte oficial habló de muerte por deshidratación.
Asimismo, otro chico wichi de dos años, de la Comunidad Misión El Quebrachal, murió al sábado siguiente en su domicilio; mismo día en que se conocía que en el Hospital de Santa Victoria Este, un niño de dos años de edad que pertenecía a la comunidad wichi, había estado internado cuatro días y según informaron los médicos, las causas de su fallecimiento fueron insuficiencia orgánica, diarrea y vómitos.
El otro pequeño (el cuarto) era integrante de la Misión El Quebrachal, de General Ballivián, en San Martín, y tenía desnutrición grave desde 2018. La semana pasada se conoció la muerte de un pequeño de 8 meses en el Hospital de Tartagal, la quinta, y si bien la causa en el acta no era desnutrición, si se menciona un cuadro séptico y su agravamiento por carencia de un sistema inmunológico activo .
El último caso (sexto) se conoció ayer y corresponde a un nene de un año y diez meses de la comunidad wichi El Tráfico, en Embarcación, por un paro cardiorrespiratorio y a consecuencia de una gastroenteritis aguda, agravado por un cuadro de desnutrición moderada .
Polemicas declaraciones
Frente a estos números, la semana pasada fue el Ministerio de Salud de la provincia el que abrió nuevamente la polémica a partir de las declaraciones del Secretario de Salud, Antonio de los Ríos.
“En realidad no son muertes por desnutrición, sino que la desnutrición es un componente más en el cuadro clínico de los niños. Esto ocurre por múltiples factores relacionados con la forma de vida de las comunidades aborígenes, especialmente wichis, que son reacias a la atención médica”.
Luego agregó: “Tenemos muchos problemas con ellos por falta de entendimiento cultural, por ejemplo esconden a los enfermos en el monte, hay que ir a denunciarlos a la policía para poder asistirlos y si el agente sanitario los denuncia no puede entrar más a la comunidad”, agregó De los Ríos, endilgando todo a “la problemática cultural”.
Como respuesta, y con la polémica ya encendida, el diputado provincial por Rivadavia, Ramón Villa, repudió las declaraciones de De los Ríos. "Gran parte de los funcionarios salteños “no quieren reconocer y no quieren ver bajo ningún punto de vista, porque pareciera que es un insulto, que somos una provincia pluricultural”.
Por su parte, el recientemente asumido gerente del hospital Juan Domingo Perón de Tartagal, Juan López, en declaraciones a los medios locales también trazó el panorama social que se vive en el norte y particularmente con las comunidades originarias.
“Desde hace cuatro años para ahora se le ha quitado algunas cosas a esta gente (…) Les quitaron los bolsones, se les ha reducido muchas cosas”, dijo y adelantó que en esta semana dará a conocer las cifras de los niños en mayor riesgo.
Y si bien explicó que la causa de la muerte del quinto niño originario no respondía a un problema nutricional, admitió abiertamente que desde la salud pública no se cuenta con los dispositivos necesarios para atender la demanda de las poblaciones originarias.
Olvido "sistemática e historico"
En el diálogo con Nuevo Diario, la periodista y productora Mabel Carrizo de la ciudad de Tartagal sostuvo también que es compleja situación que viven las comunidades originarias en la zona desde lo económico y social, hasta político hacia el interior de cada una de estas comunidades.
Advirtió que “la situación se presenta como una llave para mostrar una situación crítica de hace muchos años”. Es un análisis que duele pero es real”, y estuvo de acuerdo con las declaraciones del nuevo gerente del hospital tartagalense, en relación a los conflictos que muchas veces se presentan con las familias originarias a partir de la falta de entendimiento, no obstante la existencia de intérpretes.
A esto le sumó: “No tenemos médicos, sistemáticamente desde el 90 hasta la fecha, hemos vivido una permanente degradación del sistema, y no escapa a salud, y tampoco a los aborígenes”.
Corrales insistió, en remarcar la posición de estas comunidades: “Los chicos se mueren por desnutrición y en medio de todo esto la pelea política en las comunidades se da por el manejo de la caja del IPPIS”.
Por último, la periodista, consultada por las declaraciones del diputado Villa, si bien coincidió en las demandas y necesidades en materia de salud y asistencia social, responsabilizó en su figura a todo el arco político, por “la degradación sistemática e histórica” de la zona.