Los datos que se difundieron además indican que en comparación con 2019 se desmontaron 2.000 hectáreas más, lo que refleja que ni la situación sanitaria ocasionada por la pandemia del coronavirus impidió que las topadoras arrasaran una superficie equivalente al área de la ciudad de Buenos Aires.
Greenpeace ante esta situación insiste ante los gobiernos de Santiago del Estero, Salta, Formosa y Chaco que se declare la emergencia forestal y se impidan los desmontes.
El monitoreo de deforestación que realiza Greenpeace reveló que a pesar de las restricciones se arrasaron más bosques este año que en 2019.
La comparación de imágenes satelitales del norte del país, demostró que entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2020 se desmontaron 38.852 hectáreas de bosques nativos, unas 2.000 hectáreas más que durante el primer semestre del año pasado.
Las cifraspor provincias
Las provincias donde la organización ecologista realizó el monitoreo satelital son Santiago del Estero (15.157 hectáreas deforestadas), Salta (9.241 hectáreas), Formosa (8.842 hectáreas), y Chaco (5.612 hectáreas), ya que concentran el 80% de los desmontes del país, por el avance de la frontera agropecuaria para soja y ganadería.
A principios de año Greenpeace elevó el pedido a los gobiernos del Noa para que se ponga freno a los desmontes.
"Es sumamente grave que, a pesar de la pandemia y de la cuarentena, estén deforestando más que el año pasado. Queda en evidencia la impunidad de grandes empresarios agropecuarios y la complicidad de las administraciones provinciales en este crimen ambiental", afirmó Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace.
"Más desmontes significan más enfermedades, más inundaciones, más desalojos de comunidades campesinas e indígenas, y más desaparición de especies en peligro de extinción”, agregó.
“Es completamente inaceptable que a pesar de la emergencia sanitaria y climática que estamos viviendo se siga desmontando. No podemos perder ni una hectárea más", advirtió Giardini.