El Vaticano confirmó el viernes 4 de enero que Zanchetta, que renunció al Obispado de Orán repentinamente en 2017 alegando motivos de salud, obtuvo y que luego obtuvo un cargo administrativo en la Santa Sede, se abstendrá de trabajar en el Vaticano se porque se encuentra bajo investigación preliminar.
Se supo que la renuncia del obispo en Orán estuvo vinculada a denuncias por abuso sexual a tres seminaristas y por abuso de poder contra otros 10 religiosos, delitos que se habrían concretado entre 2014 y 2015.
El vocero vaticano interino Alessandro Gisotti subrayó que las acusaciones contra Zanchetta surgieron en los últimos meses, casi un año después de que el Papa Francisco lo designara como asesor de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA).
Así, el portavoz buscó despejar las versiones que daban cuenta de que el religioso en realidad no había renunciado sino que había sido destituido por el pontífice a partir de una serie de denuncias que llegaron hasta la Santa Sede.
Según Gisotti, al momento de su renuncia, en julio de 2017, Zanchetta le había pedido a Francisco que lo dejara salir de la diócesis de Orán porque tenía relaciones difíciles con sus sacerdotes y era "incapaz de gobernar al clero".
El vocero vaticano dijo además que "al tiempo de su renuncia había acusaciones en su contra por autoritarismo pero no por abuso sexual".
Las denuncias contra Zanchetta tuvieron también una presentación ante la Nunciatura Apostólica (embajada vaticana) en Buenos Aires, entonces a cargo de Emil Paul Tscherrig.
Gustavo Zanchetta fue obispo de Orán entre 2013 y 2017 Por el momento no es posible aclarar si se trata solo de abusos o también de casos de pedofilia, dado que "todavía se está investigando", precisó Gisotti.
Antes de ser nombrado en la diócesis de Orán, Zanchetta fue vicario episcopal de Asuntos Económicos, apoderado general del obispado de Quilmes y representante legal de todos los colegios de esa diócesis del sur bonaerense.