Sólo una semana después, pese a haber ido a visitar a su papá, Pablo Outes, Soledad, que en ese momento tenía solo 16 años, pudo saber que él había sido asesinado bajo el pretexto oficial de que la muerte aconteció en un "enfrentamiento" con subversivos.
Ella sólo se enteró de ello el 11 de Julio de 1976 dado que antes, el 6 de julio cuando fue a visitarlo a la cárcel, le dijeron que lo habían trasladado. “Lo creímos porque en realidad, mi papá hasta ese momento ya había sido trasladado tres veces. Una vez me escribió ‘creo que estoy en Rawson, porque veo gaviotas’, porque no le decían en donde estaba”.
Luego Soledad junto a su familia se exilió a España en donde vive aún, y desde donde intenta volver a repatriarse en Argentina.
Así lo comentó la hija de Outes en Radio Nacional al recordar a su padre, quien se había entregado a la Justicia Federal salteña entonces a cargo de Ricardo Lona, luego de sufrir un exilio sin esperanza en Venezuela.
"Como no había causa (en su contra), él se presenta directamente al juez Lona en espera que se haga Justicia", recordó al sostener que aún guarda las cartas que envió Outes al ex juez federal para solicitar que se lo acuse, dado que no había delito que se le imputara.
Sin embargo, estando encerrado, entendió que la Justicia no iba a protegerlo y envió una nueva misiva pidiéndole al juez que suspenda cualquier posibilidad de encuentro o posibilidad de tener una entrevista con el magistrado. Eso fue, recordó Soledad, unas semanas antes de ser acribillado.
"Fue una carta dramática", dijo la mujer que aún resguarda las misivas de su padre tanto a ella, como al juez. "Que una persona conserve la dignidad en una situación de falta de derechos es único", destacó al recordar a su padre.
“Un ataúd cerrado”
Un mes después del asesinato, contó Soledad Outes se entregó a un primo hermano de su papá un ataúd cerrado "con la orden expresa de no abrirlo y la amenaza de que en caso de hacerlo íbamos a tener consecuencias".
Ratificó que existía una suerte de acercamiento con Lona, dado que era muy amigo de un hermano de su padre.
Estableció como una de las particularidades de Palomitas, que todos estaban a disposición del PEN, y aún así fueron asesinados.
"Mi papá era el más grande, tenía 48 años, el viejo le decían. Pero había personas de 20, de 30 años" que fueron asesinadas. Mencionó en ese recuerdo la situación de Celia Leonard, quien a la edad de ser asesinada estaba aún amamantando a su pequeña hija.
Para el próximo 6 de agosto se espera, luego de 20 años de iniciadas las causas, el juicio al ex juez federal Ricardo Lona, en el caso que investiga el secuestro y desaparición del ex gobernador salteño Miguel Ragone. No fue menor la mención que hizo Soledad respecto de este hecho ocurrido el 11 de marzo de 1976: "si eso le pasaba a alguien que había sido gobernador de la provincia, qué podíamos esperar entonces todos los demás ciudadanos".
Acto y marcha por Palomitas
Como todos los años, el sábado 6 de julio en el lugar donde se produjo la Masacre de Palomitas se hará al costado de la ruta nacional 34. Diversas organizaciones invitaron a concentrarse desde las 9 en el Portal de la Memoria (Yrigoyen y San Martín) para de ahí partir en vehículos hacia Palomitas.
Convoan la Mesa de Derechos Humanos (integrada por la Comisión de Familiares de Detenidos Desaparecidos por Razones Políticos y Gremiales de Salta, la Asociación de Derechos Humanos Lucrecia Barquet, HIJOS Salta, la Asociación Coca Gallardo y la Asociación Miguel Ragone).
La Red por la Defensa de los Derechos Humanos también realizó una convocatoria a una marcha y un acto en el monolito del Parque San Martín (Yrigoyen y San Martín), el sábado 6 de julio, a partir de las 14.
