Las autoridades estadounidenses han presentado en el último mes cargos, de diferente índole, contra al menos 211 personas, la mayoría relacionadas con grupos de extrema derecha, aunque también hay veteranos del Ejército, por su implicación en el asalto al Capitolio, en Washington, el pasado 6 de enero.
El FBI ha detallado que varias decenas de estas personas tienen vínculos con las milicias de ultraderecha, como Oath Keepers, con tres miembros ya procesados, y sobre todo Proud Boys, con algunos de sus líderes ya acusados.
Se trata de su líder en Florida, Joe Biggs, uno de los primeros en irrumpir en la sede del Poder Legislativo, o el jefe de la delegación de Nueva York, Dominic Pezzola, de quien se sabe utilizó un escudo de la Policía para romper una ventana y colarse por ella.
Entre los señalados está también el líder de Proud Boys de Hawai, Nicholas Ochs, y el de Seattle, Ethan Nordean, detenido y cuya puesta libertad ha sido finalmente anulada después de que en un primer momento un tribunal de Washington asegurara que no representaba un peligro para la comunidad, ni había riesgo de fuga.
El fiscal federal interino del Distrito de Columbia, Michael Sherwin, anunció que presentarán cargos adicionales por conspiración y sedición contra aquellas personas que se hayan revelado como líderes o “comandantes” del asedio al Capitolio, según comunicó la cadena NBC.
El juicio a Trump es constitucional
El segundo juicio político al expresidente Donald Trump es constitucional, según votó el Senado de mayoría demócrata, después de revivir a través de videos la inédita toma del Capitolio que llevaron adelante seguidores del magnate el 6 de enero y de que oficialistas y republicanos cruzaran argumentos sobre la legalidad del proceso que, ahora sí, se abre a un nuevo periodo de presentación de elementos y pruebas.
El Senado debió votar dos cuestiones formales, aunque una más ríspida que la otra: primero decidió una cuestión organizativa sobre la estructura del juicio (89 a 11 votos) y después sí se zambulló en una discusión de horas sobre la constitucionalidad o no de un proceso a alguien que ya no estaba al mando de la Casa Blanca.
Ese punto, clave en la jornada, se saldó con una votación de 56 a favor y 44 en contra, lo que significa que 6 republicanos se volcaron –junto a los 50 demócratas- por la legalidad del proceso.
Un rato antes, el líder de la bancada republicana, Mitch McConnell, se había mostrado "complacido" por haber llegado a un acuerdo con los demócratas para un "proceso justo y un cronograma estimado para el próximo juicio en el Senado", que "les dará a los senadores como jurados tiempo suficiente para recibir el caso y los argumentos".