Asimismo, señaló a algunos países que atraviesan crisis como Venezuela y Nicaragua, para Latinoamérica, y otros como Burkina Faso, Camerún y Sudán, para el continente africano; al pueblo de Siria en Oriente y a Ucrania, para el caso de Europa.
El Sumo Pontífice dirigió sus primeras palabras en la Plaza de San Pedro, a los jóvenes, señalando que Cristo “es la más hermosa juventud del mundo” y agregó: “Por más que te alejes, allí está el Resucitado, llamándote y esperándote para volver a empezar. Cuando te sientas avejentado por la tristeza, los rencores, los miedos, Él estará allí para devolverte la fuerza y la esperanza”.
En su homilía aseguró que Cristo resucitado no abandona “a los que se encuentran en el momento de la prueba, en el dolor y en el luto”, y auguró la esperanza para el pueblo sirio.
En esa misma dirección instó a renovar el compromiso “a favor de una solución política que responda a las justas aspiraciones de libertad, de paz y de justicia, aborde la crisis humanitaria y favorezca el regreso seguro de las personas desplazadas, así como de los que se han refugiado en países vecinos, especialmente en el Líbano y en Jordania”.
También se refirió al Medio Oriente, y a los conflictos que mantienen dividida a las comunidades, desde tiempos inmemoriales, puntualizando en las víctimas de la guerra en Yemen, en particular a los niños.
De igual manera, el Papa Francisco mencionó su preocupación por naciones del continente africano, que todavía atraviesan por conflictos e incertidumbres políticas: “Que se abra una nueva página en la historia del país, en la que todos los actores políticos, sociales y religiosos se comprometan activamente por el bien común y la reconciliación de la Nación”, señaló el caso de Sudán.
Para el caso de Latinoamérica, el jefe de la Iglesia Católica Apostólica Romana advirtió sobre “las consecuencias de situaciones políticas y económicas difíciles”, e hizo hincapié en Venezuela “tantas personas carentes de las condiciones mínimas para llevar una vida digna y segura, debido a una crisis que continúa y se agrava”.
También se refirió a Nicaragua, y que “se encuentre una solución pacífica y negociada”. Por último instó a que “ el Señor de la vida no nos encuentre fríos e indiferentes. Que haga de nosotros constructores de puentes, no de muros”.