La bendición, con efecto universal y realizada de forma extraordinaria, se dará ante la plaza completamente vacía debido a la cuarentena en la que se mantiene Italia por el brote de coronavirus. Además, fue motivada por la pandemia contra la que lucha todo el mundo.
Las palabras Urbi et orbi significan “a la ciudad (Roma) y al mundo”. Esta bendición se realiza de forma tradicional cuando es electo un Papa y dos veces al año: en Navidad y Pascua.
“En estos días de prueba, mientras la humanidad tiembla con la amenaza de la pandemia, quisiera proponer a todos los cristianos de las diferentes confesiones que unan sus voces hacia el cielo”, exhortó el Papa.
En esta línea, el Pontífice explicó: “Queremos responder a la pandemia del virus con la universalidad de la oración, la compasión, la ternura. Mantengámonos unidos. Hagamos sentir nuestra cercanía a las personas más solas y a quienes más sufren”.