"En las últimas horas hemos asistido en Corea a un buen ejemplo de la cultura del encuentro. Saludo a los protagonistas con la oración y que este gesto significativo constituya un paso más en el camino de la paz no solo en la Península (coreana) sino a favor del mundo entero", dijo tras el tradicional rezo dominical del Ángelus en la Plaza de San Pedro.
Aunque no citó ni a Trump ni a Kim Jong-un, el pontífice aludió a la inesperada reunión de ambos mandatarios en la militarizada frontera intercoreana que ha servido para reactivar las conversaciones sobre desnuclearización, que están estancadas desde febrero.
Cuando se reunió con el Papa el año pasado, el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, que es católico, transmitió una invitación verbal de Kim a Francisco para que el pontífice visitara Corea del Norte.
Los responsables del Vaticano han dicho que el Papa, que ha hecho muchos llamamientos para el acercamiento entre las dos Coreas, se plantearía la posibilidad de un viaje de este tipo bajo ciertas condiciones si pudiera ayudar a la causa de la paz.
Moon dijo que el Papa, que visitará el cercano Japón este año, le dijo que “definitivamente respondería” a una invitación formal y escrita de Kim. Se cree que esa invitación aún no se ha realizado.
Francisco, que en julio disminuye su actividad y suspende las audiencias generales de los miércoles, deseó también que "todos los trabajadores puedan tener también durante el verano un periodo de reposo que beneficie a ellos y a sus familias".
También rezó por los ancianos de Europa
La plegaria del Papa se dirigió a los más débiles y, especialmente, se refirió a "los ancianos y a quienes deben trabajar en condiciones prohibitivas", indicó la agencia Ansa.
"En este último día de junio (por ayer), auguro a todos los trabajadores que puedan tener durante el verano un período de reposo, que pueda beneficiarlos, también a sus familias", dijo el pontífice durante el Angelus.
"Rezo por aquellos que en estos días padecieron en mayor medida las consecuencias del calor: enfermos, ancianos, personas que deben trabajar al aire libre (...) que nadie sea abandonado ni explotado", exhortó.
Las palabras de Francisco se originan en los problemas que provocan desde hace días las altas temperaturas que sufren varios países de Europa.